Un pequeño esfuerzo para evitar daños mayores en el futuro. Eso es lo que desde ayer se está haciendo en la parroquia de San Miguel de Tazones con el comienzo de unas obras que permitirán revisar y mejorar el tejado y acicalar la parte interior de la cúpula del templo, dañada por el paso del tiempo.
La aparición de signos de deterioro en la propia cúpula fue lo que movilizó a los fieles de esta localidad de 120 habitantes a tomar cartas en el asunto. El propio párroco, Manuel Robles, aunque no quiere acaparar protagonismo alguno en este tipo de iniciativas, fue el encargado de coordinar los esfuerzos para conseguir los fondos necesarios y este año por fin se lograron reunir los algo más de 1.000 euros necesarios para acometer estas obras, decisivas para el mantenimiento de la iglesia.
El propio párroco achaca los pequeños desperfectos que padece el edificio a los efectos de las lluvias y el aire del nordeste propio de los pueblos costeros como Tazones, pero confía en que la actuación permita que este pequeño pero hermoso templo mantenga todo su esplendor. "En quince días contamos con que todo esté terminado y se subsanen los pequeños daños", declara un muy satisfecho Robles.
Varios operarios se encargaron de sustituir ayer las primeras tejas y, una vez culminada esta labor, en los próximos días se acometerán los trabajos dirigidos al interior. Labores todas estas que llegan cuatro años después de los últimos trabajos. "Entonces se reparó también el tejado y se subsanaron algunos problemas de estructura que presentaba el edificio", comenta el párroco a la vez que anuncia que de cara a este verano está entre los planes de la parroquia aplicar una capa de pintura a toda la iglesia.
Todas estas medidas son muy bien recibidas para los vecinos de Tazones, que siempre que se ha necesitado han aportado su ayuda al mantenimiento de su iglesia. Además de su lógico atractivo como punto de encuentro y escenario para celebraciones religiosas, este inmueble cuenta con un gran interés histórico, pues su construcción data de entre los siglos XVIII y XIX y se calcula que fue en torno al siglo XIX cuando se produjo el traslado de la parroquia de San Miguel desde la localidad vecina de La Atalaya a Tazones.
