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El encanto de La Baragaña hace un siglo

"Es de lo poco que se conserva del Candás antiguo", dice Alfredo Menéndez de un cuadro suyo que cuelga de nuevo en la cafetería Armu, para disfrute de la clientela

Eduardo Muñiz Cuervo, dueño de la cafetería, junto al cuadro del pintor candasín Alfredo Menéndez. MEY SERRANO

"Queríamos mantener la esencia, por eso dejamos el cuadro, ya que lo consideramos como algo simbólico para la cafetería y por supuesto para Candás", dice Eduardo Muñiz Cuervo, actual dueño de la popular y céntrica cafetería Armu de la capital de Carreño. Cuarenta y seis son los años de este local que disfruta de las mejores vistas de la plaza de La Baragaña y que acaba de ser reformado, lo que ha sido foco de atención de todos los vecinos de la localidad.

Y es que la cafetería custodia dentro un cuadro del conocido pintor local Alfredo Menéndez, que sigue expuesto al público y en el mismo lugar tras la reforma. Menéndez ha decorado con sus obras muchos de los rincones de Candás y en este cuadro representó una imagen de la plaza de La Baragaña totalmente irreconocible hoy en día, pues es de hace un siglo. Se ve una plaza llena de árboles, con suelos de arenisca y la iglesia que aún de aquella no tenía torre. Los que observan la pintura recuerdan con añoranza el Candás antiguo, con casas pequeñas que recreaban un entorno muy cercano y familiar. "Intenté representar a todos los personajes de la época, los marineros, el cura, la guardia civil y los niños jugando a la peonza. Todos esos detalles llenaban de encanto aquella capital del concejo de principios de siglo pasado" explica el artista.

"Me gustaría que Candás siguiera manteniendo ese encanto que antes tenía, por eso le tengo mucho cariño a este cuadro y me alegro de que lo hayan mantenido en la cafetería", añade Alfredo Menéndez. Alguno de los elementos dibujados todavía se conservan. Como es el caso del quiosco que se ve a la izquierda del cuadro y que los candasinos lo conocen como "el quiosco de Conchita".

Aunque la obra se encuentra en perfecto estado, muestra algún signo de deterioro por el paso del tiempo. Por eso, Alfredo Menéndez se ha comprometido a darle un pequeño repaso. "Es de las pocas cosas que se conservan de nuestro Candás antiguo, así que no quiero que se pierda, ni que quede en el olvido", concluye el pintor candasín.

Mientras, en la cafetería, los clientes disfrutan de la obra. "Me parece estupendo que hayan mantenido el cuadro de La Baragaña, creo que desde que era pequeña siempre lo he visto aquí. Nos hubieran quitado un trocito de la historia de Candás, si no lo hubieran dejado", dice Susana Díaz. "La verdad que llama mucho la atención desde fuera. Nosotros hemos entrado para verlo" añade la gijonesa Rosario Gutiérrez.

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