Candás,

Todas las miradas estaban puestas en el cielo y en que la lluvia no estropeara el trabajo de meses que lleva elaborar las alfombras florales. Afortunadamente, no fue así y Candás celebró la festividad de Corpus Christi con sus calles engalanadas con altares y alfombras de pétalos de flor. Diferentes tapices elaborados por vecinos y vecinas del pueblo, que dieron un aspecto y color inmejorable a la jornada de ayer. Y el inconfundible olor a "cenoyu".

"Estamos muy cansadas, pero creo que ha merecido la pena. Ha sido una noche loca, cuando casi lo teníamos listo empezó a llover y tuvimos que parar. Pero parece ser que el tiempo nos ha dado tregua y ahora sí, las calles de Candás lucen como se merecen", aseguraba Concha Rodríguez, una de las vecinas encargadas en crear estas obras de arte floral.

Este año las sorpresas fueron la vidriera del Cristo de Candás, situada en la Plaza de la Baragaña, y el coro de niños que rodeaba el altar de la calle Ángel Rendueles. Pero ayer no sólo esos dos altares brillaban en la villa marinera. Las calles Braulio Busto, cubierta de motivos religiosos, infantiles y asturianos hechos con sal y arroz, y Valdés Pumarino, decorada con flores, también conquistaron las miradas de los visitantes. Aunque los protagonista eran los niños que lucían sus mejores trajes de primera comunión, la mayoría de los comentarios iban dirigidos hacia las decoraciones florales.

"Ha quedado precioso, es una maravilla ver las calles de Candás tan bonitas. Además, hace un día espléndido; me alegro por los niños, que puedan disfrutar de su día, pero también por todos los vecinos que han estado durante meses y toda la noche trabajando para que hoy Candás luzca como se merece", comentaba Gloria Gutiérrez, de Perlora, que se había acercado hasta la capital del concejo para disfrutar del Corpus candasín.

Varios vecinos planteaban sus temores sobre la continuidad de la tradición. "Me da mucho miedo que los jóvenes no continúen decorando las calles y llegue un momento en que caiga en el olvido", comentaba Lucía Rodríguez, vecina de la villa.