La Guardia Civil continúa las investigaciones para detener a las dos personas que tenían conocimientos sobre el cultivo y el tratamiento de drogas en el laboratorio clandestino desmantelado la semana pasada en Quintana, en el concejo de Nava.

Los agentes detuvieron a una vecina de Nava, de 35 años, a la que se acusa de un supuesto delito contra la salud pública y de fraude en el suministro eléctrico. V.D.D. ejercía como mediadora entre el propietario de la vivienda, también imputado, y los dos hombres que se encargaban del cultivo y el tratamiento de las plantas de marihuna.

Los agentes dieron con este laboratorio interior de drogas gracias a la colaboración ciudadana. Fueron los vecinos quienes alertaron de que, en ocasiones, "había fuertes olores a hierba", lo que les hizo sospechar de un cultivo ilegal de marihuana.

Tras inspeccionar la zona, la Guardia Civil descartó una plantación al aire libre, así que encauzó la investigación hacia un laboratorio clandestino. Lo encontraron en una casa unifamiliar que estaba alquilada pero en la que no había una actividad propia de una vivienda.

La naveta reconoció que allí había marihuana y que había manipulado el contador de la luz. Es una práctica habitual en este tipo de laboratorios, por su alto consumo. La mujer reconoció que fueron las dificultades económicas las que la llevaron a ella y al arrendador, I.S.F., de 36 años y vecino de Laviana, a llegar a un acuerdo con las otras dos personas. La Guardia Civil localizó allí unas 15 plantas secas y unos 100 gramos ya cortada, así como diverso material valorado en unos 3.000 euros.