El proceso de liquidación del Matadero Central de Asturias es la consecuencia final del progresivo declive de una empresa que, en las últimas décadas, ha sido el buque insignia de la industria cárnica asturiana. El inicio de esta crisis final se remonta casi un año atrás, a mediados de julio de 2014, cuando Junquera Bobes, S.A., empresa que gestionaba el macelo, solicitó el concurso voluntario de acreedores.

Esta decisión supuso, en un primer momento, que sus más de 90 empleados quedasen sometidos a un expediente de regulación de empleo de carácter temporal, mientras el administrador concursal se hacía con las riendas de la empresa. En paralelo, el grueso de la plantilla inició las movilizaciones al entender que todo era una maniobra de la gerencia, a la que achacan una mala gestión de la empresa, para deshacerse de una parte de la plantilla. En diciembre, tras no llegar a un acuerdo con los trabajadores para realizar un ajuste de plantilla y salarios, Junquera Bobes solicitó la liquidación, decretado por el juez a principios de 2015.

La tramitación de la liquidación ha seguido su curso mientras una parte de la plantilla, en concreto 21 trabajadores, ha mantenido las movilizaciones. En las próximas semanas se abre el plazo para registrar ofertas por las instalaciones.