Los plenos en Noreña apuntan maneras en cuanto a entretenidos, partiendo de la base de que se rigen por el idioma oficial, que es el castellano, requisito imprescindible a la hora de valorar y votar una moción, aunque se permite presentar también en asturiano, que el público asistente no puede hablar ya que si lo haces te echan... después de lo acontecido en el último, me veo con el derecho de contestar o replicar.

El pasado jueves, 30 de julio, se celebra el Pleno del Ayuntamiento de Noreña, que trata una moción que el concejal de Conceyu Abiertu por Noreña Pablo Pérez explica en asturiano, lengua no oficial. Ante ello la concejala Ana González, de Independientes por Noreña, ejerciendo de portavoz de la alcaldesa ausente, insta al concejal a hablar en castellano para que todos los presentes lo entiendan. Se accede a la petición y, una vez acabada la intervención, pide la palabra el concejal de Foro Inaciu Iglesias para dirigirse al público y recriminarnos que somos unos irrespetuosos por no querer escuchar la lengua asturiana, acto con el que repudiamos nuestra cultura y tradición. Asombrada no, es poco, ¡me quedé alucinada ¡Si los allí presentes no abrimos la boca! Tan sólo algunos hicimos algún gesto, unos de asombro, otros una sonrisa, otros de molestia quizá por desconocimiento del asturiano (presumo de ahí el toque de atención de la portavoz de la Alcaldía, muy acertado por cierto). Este señor se tiró a la piscina y nos prejuzgó poniendo en nuestra boca lo que no habíamos dicho. Particularmente a mí no me molesta que se hable en asturiano, ya que lo entiendo perfectamente, pero he de recordar que no es una lengua oficial y por ello los ciudadanos no tienen la obligación de hablarlo ni comprenderlo.

El caso es que Pablo Pérez, envalentonado con el apoyo de Inaciu Iglesias, se arranca a decir que somos unos necios, mohínos e ignorantes que no sabemos ni hablar ni entender bable, que él se preocupó de estudiar y hablar dos idiomas, el castellano y el asturiano, y se defiende más o menos en inglés... ¡y se queda tan ancho, oigan!

A estos dos señores, representantes de una parte del pueblo, se les tenía que caer la cara de vergüenza. Todo lo que yo escuché de sus bocas en un momento fueron faltas de respeto a los allí presentes, de hecho ya lo es el simple hecho de dirigirse a personas que no se pueden defender verbalmente. He estado en el País Vasco, en Galicia y Cataluña, y en ninguno de esos sitios me hablaron en otro idioma que no fuera el castellano, ahora me pregunto... ¿Cuál es el fin de estos dos concejales? ¿Proponer y trabajar para solucionar los problemas del pueblo, o darnos lecciones de cultura con un subidón de patriotismo imponiéndonos de forma dictatorial el asturiano a los noreñenses que acudimos al Pleno?