Siero, ese conglomerado de pueblos y ciudades, de zonas urbanas y rurales siempre en pugna, siempre en tensión, fue ayer, más que nunca, una única entidad, un mismo concejo. Y lo fue no para celebrar una fiesta o para protagonizar el enésimo cambio de gobierno, sino para despedir a uno de los suyos. El funeral por José Aurelio Álvarez -exalcalde del concejo y abogado respetado, padre y esposo, hijo, compañero y amigo- congregó en la Pola a cientos de sierenses que quisieron compartir la carga de su familia por una pérdida dolorosa y demasiado temprana.

El sierense falleció este martes, a los 51 años de edad, tras una enfermedad que le fue detectada hace algunos meses. Una dolencia que el exalcalde, que gobernó el concejo entre 1995 y 1999, llevó con su acostumbrada discreción, sin revelárselo nada más que a unos pocos conocidos y amigos.

Uno de ellos fue el párroco de la Pola, Sergio Martínez. "Hace un año, fue el propio José Aurelio el que vino a verme para hablar de lo que le pasaba. Su mayor preocupación era su familia, cómo lo llevarían", relató Martínez durante el funeral, en una emotiva homilía que caló hondo entre los presentes.

Antes del oficio, no obstante, los sierenses rindieron homenaje a una persona que deja una huella imborrable. "Los responsables del tanatorio me decían que nunca habían visto nada semejante", afirma Loli Prendes, veterana líder vecinal de Argüelles, quien define al difunto como "muy cariñoso, servicial y atento". Y es que la masiva afluencia de personas a la capilla ardiente provocó que se formase una larga cola, en la que algunos esperaron más de una hora para dar el pésame a la familia.

Antes del funeral, las autoridades municipales recibieron el féretro en la plaza del Ayuntamiento, acompañados por cientos de sierenses. No faltaron representantes de ninguno de los partidos de la Corporación, y tampoco antiguos concejales, representantes que compartieron espacio con José Aurelio Álvarez, ya fuese en su mismo partido o en otro. Compañeros y rivales en el ámbito político, que no enemigos, porque esa palabra no entraba en su credo. "Era aun mejor persona que político. Pasarán alcaldes honrados por el Ayuntamiento, pero más que José Aurelio ninguno. Es una pérdida irreparable para este concejo", afirma Jesusa Suárez, compañera suya durante sus tiempos en el PP.