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Siero, blanco de los ladrones de cobre

Cuatro edificios abandonados, dos de ellos de titularidad pública, han sido saqueados en el concejo en los tres últimos años, el último la sede de "Cébrano"

EL Herrero, DESPOJADO DEL COBRE. De marzo a junio de 2014, el antiguo centro de datos del Banco Herrero en Granda -en la imagen, tras el paso de los ladrones- fue despojado incluso del cobre de la fachada. M. NOVAL MORO

Son el objetivo perfecto para los ladrones: edificios sin uso, de grandes dimensiones, integrados en una parcela propia y apartados de las poblaciones. El edificio municipal de Carbayín Alto que, hasta su cese de actividad dos años atrás, utilizaba la asociación "Cébrano", de ayuda a afectados con lesión cerebral sobrevenida, es el caso más reciente de un inmueble de estas características saqueado para despojarle de su instalación eléctrica, sus ventanas y, en definitiva, cualquier cosa que se pueda vender. Pero no es este un caso aislado en el concejo de Siero, donde en los últimos años se han registrado otros casos de saqueo, tanto a edificios municipales como de carácter privado.

Precisamente, en Pumarabule, a apenas dos kilómetros de las instalaciones de Carbayín Alto, otro edificio municipal, el centro de formación destinado a convertirse en la sede estable del Centro Tecnológico y Forestal de la Madera (Cetemas), sufrió en enero de 2014, cuando ya llevaba siete años parado, un asalto en el que los ladrones desmantelaron toda su instalación eléctrica. Una instalación que ha tenido que ser repuesta en las obras que se ejecutan actualmente para adaptar el edificio a las necesidades del Cetemas.

Los edificios de carácter público, no obstante, no son las únicas víctimas de los ladrones, que no discriminan a la hora de elegir a sus víctimas. La antigua fábrica de Ibercalco, en Llames, padeció durante meses un saqueo sistemático que a punto estuvo de terminar en tragedia. El 29 de mayo de 2012, cuando el edificio llevaba ya seis años parado, un espectacular incendio calcinó toda la planta alta del inmueble, y gran parte de la planta baja.

Ya en un primer momento, había indicios de que el incendio podría haber sido provocado, ya que se habían registrado varios focos. Pero fueron los vecinos de la zona, un barrio residencial del extrarradio de Colloto, los que dieron la clave: la causa del incendio pudo ser la chispa de una radial utilizada para separar los hierros de la cubierta del edificio, que había sido objetivo frecuente de los ladrones en los años precedentes. Tras el incendio, la fábrica se convirtió en un foco de suciedad y roedores, y tuvo que ser demolido en parte.

El de Ibercalco, no obstante, no es el caso más espectacular que se ha registrado en tierras sierenses. Ese "honor" corresponde al antiguo centro de datos del Banco Herrero, en el polígono de Perográn (Granda), que en apenas cuatro meses, entre marzo y junio de 2014, fue saqueado hasta el punto de que los cacos se llevaron las ventanas y las placas de cobre que recubrían la fachada.

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