El cirujano vascular noreñense Ramón Fernández Lebrato será el encargado de leer el pregón de las fiestas del Ecce Homo el día 18 de septiembre a las nueve y media de la noche. Lebrato trabaja desde hace 16 años en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, aunque sigue muy en contacto con su patria chica. Tiene muy a gala ser de Noreña.

-¿Cómo recibe su nombramiento como pregonero?

-Para mi es un orgullo. Me considero un privilegiado. Y le estoy muy agradecido a Sonofe y a la Corporación municipal por haber pensado en mi.

-Usted sigue muy vinculado a Noreña.

-Sí. Aquí edifiqué mi casa familiar y vengo con relativa frecuencia. Cuando tengo tiempo libre, vengo. Este es mi balneario, donde vengo a descansar del estrés. E intento siempre estar al tanto de la actualidad del pueblo. Además, estoy en el jurado de los premios "Villa y Condado de Noreña", que otorga la Orden del Sabadiego. Me gustaría tener más vinculación con Noreña, pero no tengo tiempo. Me gustaría hacer algo más por Noreña. Aquí nací y aquí tengo mucha historia.

-Hasta fue monaguillo.

-Sí, con un cura increíble, que fue Don Fermín, que para mi fue una figura clave en mi educación, me inculcó valores morales y humanos que para mi fueron fundamentales. Tengo un recuerdo inmejorable de él. Otro recuerdo muy bueno es de cuando jugué en el Condal. Creo que estuve acompañado por grandes jugadores y, sobre todo, grandes personas. Noreña es un concejo pequeño en extensión, pero grande en iniciativa y en trabajo, hay un montón de asociaciones en Noreña, muchas de ellas importantes, y el Condal es una de las instituciones que más hay que mimar, porque permite que muchos niños se desarrollen con los valores del deporte como personas. Eso es impagable. Este año el Condal quedó campeón de Tercera, pero creo que eso no es lo importante. La grandeza del Condal reside en todo lo que hay detrás. Y la banda de música ejerce una labor parecida.

-Usted fue presidente de Sonofe en 1992 y 1993. ¿Han cambiado las fiestas?

-Cambia un poco en función del dinero. También cambiaron algunos conceptos porque quizá la participación en algunas cosas decayó un poco. Creo que habría que tratar de potenciarla un poco, sobre todo en las carrozas, la participación popular. Y el baile del caldo que la propia evolución de la sociedad hubo que cambiarlo de fecha por el hecho de que la gente trabajaba al día siguiente. Pero son cambios que hicieron la propia evolución de la sociedad y de los tiempos. No obstante, creo que todos los organizadores pusieron ilusión y esfuerzo.

-Ese sería su caso.

-Sí, pero tengo que reconocer que cuando yo estuve de presidente tenía un equipo, que eran mis amigos, que llevaban el peso del trabajo, y quienes se llevaron el mérito, no solo de fiestas sino también de otras actividades culturales. Tengo claro que el mérito es todo de ellos.

-¿Qué le preocupa de Noreña en la actualidad?

-Con el paso del tiempo me preocupa mucho la crisis industrial, sobre todo en el sector cárnico tradicional. Yo conocí Noreña de adolescente, como un pueblo donde había muchísima industria cárnica, donde trabajaba todo el mundo y la mujer tenía un peso, era el porcentaje de mujeres trabajadoras más alto de Asturias. Era muy próspero, y me preocupa mucho la crisis.

-¿El cierre del matadero es el mejor ejemplo?

-Claro. Urge reactivar que las empresas se ubiquen en Noreña, y lo más importante, que no se vayan las que hay. Da mucha pena ver que empresas tradicionales se van a otro edificio. Hay que intentar potenciar el polígono de la Barreda.