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Un pavo real churrero en Villaviciosa

El ave del parque de la Ballina de la Villa acude puntualmente todos los días a la churrería de la Acerona: "Estira el cuello, y si no lo vemos, lo retuerce y gorguta"

Rubén Ramos le da un churro a "Rotti" en la Acerona, en Villaviciosa. REPRODUCCIÓN DE M. M.

Al pavo real del parque de la Ballina de Villaviciosa le encantan los churros. Así que cada día, en cuanto abre la churrería ambulante "La Gloria" en La Acerona, allí que se planta a por su churro. Su propietaria, Georgina Olivar, cuenta que suelen empezar a funcionar sobre las cinco de la tarde. Sobre media hora después, que debe de ser cuando al animal le llega el olor del dulce, se coloca frente a la puerta lateral de la caravana. Así que a Georgina Olivar no le queda más remedio que darle su golosina, que le encanta. "Empieza a estirar el cuello y si no lo veo, lo retuerce y gorguta", explica la churrera.

No es de extrañar que el pavo real se haya convertido en toda una atracción cada vez que llega a por su merienda. Es una costumbre que tiene desde hace unos cuatro o cinco años cada vez que se instala "La Gloria" junto al Ayuntamiento. "Lo engulle muy rápido, pero no le damos muchos porque tiene el estómago pequeño, pero tres o cuatro al día se zampa", explica Georgina Olivar. Y el pavo está encantado porque "es raro que falte" y el fin de semana es aún más puntual.

Tal es la relación que ha entablado con el animal que se ha convertido en la "mascota de la churrería". Y él parece aún más encantado, porque acude cada día puntual a su cita. Incluso, le han bautizado como "Rotti", una evolución de "Il Pavo Rotti", casi como el famoso tenor lírico italiano Luciano Pavarotti. No obstante, hay otros vecinos que se refieren al ave con otros nombres.

Como todo acontecimiento o anécdota especial que se precie, "Rotti" también ha dado el salto a las redes sociales. Georgina Olivar no se ha resistido a colgar algunas fotos del pavo con comentarios como "no es listo ni nada el 'colega'" , en el caso de una imagen que aparece comiendo varios trozos del suelo. En otra, del día 13, el domingo del Portal por la tarde, aparece "Rotti" junto a la puerta de la churrería y la dueña la comenta con la frase "quiero churros". Olivar destaca entre risas que cuando no recibe su dulce merienda, se enfada, como ocurrió el miércoles de las fiestas del Portal, porque cuando llegó el pavo se encontró la churrería cerrada y optó por dejar un buen "pastel" en el suelo, que la dueña del negocio se lo tomó en clave de protesta graciosa.

Lo malo es que pocos días le quedan para seguir merendando churros porque en breve se irá la churrería. Rubén Ramos explica que empezaron a darle "trocinos" porque "se arrimaba y empezó a venir".

Ahora "va cogiendo confianza" y ya es uno más. Georgina Olivar cuenta también que a veces trata de cruzar la carretera y ella le riñe para que se vaya hacia el parque y librarle del peligro de que le atropelle un coche. Lo llamativo es que el animal obedece y enfila de nuevo para su sitio.

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