La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pumarabule reclama una solución urgente a las grietas en las viviendas

El Ayuntamiento de Siero tramita la cesión de los terrenos al Principado, - que prevé construir nuevos pisos en 2017

Por la izquierda, Sebastián Serrano, Manuela Casielles, Víctor Fernández, Marcelino Huerta y Montserrat Suárez, ayer, en Pumarabule. FRANCO TORRE

"Tenemos miedo, claro que lo tenemos, pero muchos no tenemos a dónde ir, no tenemos más casa que esta". Así define Montserrat Suárez, una de las vecinas de la barriada sierense de Pumarabule, la situación que vive buena parte de las sesenta familias que sufren, desde hace años, profundas grietas en sus viviendas. Un deterioro que la administración autonómica prometió solventar, con la construcción de nuevas viviendas, después de que en 2009 se agravase de manera crucial el problema en once de los portales de la barriada.

Sin embargo, esa promoción de viviendas no ha cristalizado en los seis años transcurridos, y las últimas noticias son poco alentadoras para los residentes, ya que el Gobierno autonómico anunció, a preguntas del PP en la Junta General del Principado, que la previsión era tener listo el proyecto a finales de 2016, y edificar las viviendas en 2017. En paralelo, el Ayuntamiento de Siero ha continuado con los trámites previos a la redacción del proyecto, y ha sacado a exposición pública para concretar la cesión de la parcela del antiguo pozo Pumarabule en el que se edificarán las viviendas.

Pero a los vecinos afectados, y a la propia asociación de vecinos "La Malpica", la paciencia ya se les agotó hace años. "Siempre queda el último trámite, pero nunca se acaba", lamenta Víctor Fernández, presidente del colectivo. En total, los portales afectados son once: los bloques con los portales del 7 al 11, y del 16 al 21. Suman 66 viviendas.

"Estos portales son los que tienen las grietas más graves. Algunos incluso están apuntalados, por dentro y por fuera. Pero también hay problemas en otros edificios. Los portales 28 y 34, que están al fondo de la barriada, tienen también algunas grietas", explica Montserrat Suárez.

Los vecinos afirman que la presencia de grietas no es nueva en la barriada, edificada a finales de la década de 1950 por iniciativa del Ministerio de la Vivienda y que, unos años atrás, pasaron a ser titularidad de la empresa pública Viviendas del Principado, S.A. (Vipasa), que, por su parte, ha vendido algunas de las casas a sus ocupantes.

El problema de las grietas se agravó de manera decisiva, en esos once portales más afectados, el 19 de mayo de 2009, cuando un corrimiento de tierras obligó a desalojar varios portales al abrirse las grietas. "Ese día no se me olvida. Estaba limpiando la casa de mi padre cuando oí un ruido como si algo hubiera estallado. Me asomé a la ventana y vi a la gente salir corriendo a la calle. Pregunté qué pasaba y me contaron que algo se había roto en el edificio y habían salido grietas. Me apetecía echar a correr", relata Manuela Casielles.

Treinta personas del bloque más afectado, el de los portales 9 al 11, decidieron pasar aquella noche fuera de su vivienda, en un hotel o en casa de algún familiar. "Alguno no ha querido volver tras aquello y se ha buscado otra vivienda", lamenta Montserrat Suárez.

En las semanas siguientes, varios representantes políticos, de todos los partidos, se pasearon por Pumarabule. Unas visitas que se han repetido periódicamente. "Sólo vienen cuando hay elecciones", denuncia Sebastián Serrano. Víctor Fernández, no obstante, precisa que algunos políticos sí se han implicado a fondo con el problema y destaca al diputado popular José Agustín Cuervas-Mons, el mismo que días atrás reclamó en la Junta General del Principado una solución inmediata a las grietas.

Mientras la administración resuelve los trámites y redacta sus proyectos, los vecinos ven con temor cómo las grietas les vigilan desde los muros. El bloque de los portales 9 al 11 está apuntalado en el exterior, en su parte trasera, y varias viviendas cuentan con refuerzos interiores. Pero eso no tranquiliza a los residentes.

Compartir el artículo

stats