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Buseco-Trubia, la línea más peleada

"Al medio rural lo tienen olvidado", afirma la madre de Santo Adriano que logró transporte escolar para sus hijos tras semanas de lucha

Al autobús al salir de clase. Tras abandonar el centro escolar de Trubia, Christian y Jasmine González se suben el autocar que parte hacia los valles del Oso y que les dejará en Proaza. S. ARIAS

La tranquilidad reina en casa de Adela Romero en Buseco (Santo Adriano). Tras un mes de lucha, la mujer ha conseguido que la consejería de Educación licite una línea de transporte escolar para sus dos hijos que acuden al instituto Río Trubia (Oviedo), a los que acompaña otro escolar de Serandi (Proaza). Una reivindicación que la llevó a dejar a sus hijos en casa la primera semana de clases, así como a picar en todas las puertas posibles para conseguir una solución ya que su situación económica, al paro, cobrando el salario social y con tres hijos, le impedía aportar el dinero necesario para el transporte. "Ahora estoy muy contenta, pero a los del medio rural nos tienen un poco olvidados, somos cuatro y no nos hacen caso", afirma.

Dos días antes de que empezase el curso escolar, el instituto comunicó a Romero que los niños no tendrían transporte escolar porque se necesita un mínimo de tres alumnos para licitar la línea. "No me lo podía creer, o ponía el dinero para pagar el taxi o les daba de comer y de vestir a mis hijos", recuerda. Romero insiste en que esta situación no tendría que haberse dado nunca porque la educación "es obligatoria y pública, gratuita". Así, la primera semana de clases decidió dejar a Christian y Jasmine en casa. Una decisión que fue difícil para ella y para los niños, que no entendían la intención de la madre: "Me preguntaban todo el tiempo que por qué ellos no podían ir al instituto, que por qué no les dejaba, y lo pasé mal por ellos", detalla.

En ese momento, Romero inició su particular periplo por las administraciones públicas y entes ligados a la concesión de las líneas escolares. Primero acudió al centro educativo, después al Ayuntamiento y dispuesta a ir a por todas escribió personalmente al consejero de Educación, Genaro Alonso, para detallarle su vida personal y los problemas económicos que afronta la familia. También se desplazó hasta el Consorcio de Transportes del Principado de Asturias.

Al final, "me dijeron que tenía que adelantar 500 euros todos los meses para pagar al taxi y que más adelante me los devolverían, pero sé que a la abuela del niño de Serandi le devolvieron el año pasado muy poco y ya en el mes de mayo", señala. Un pago del todo imposible para esta pintora decoradora de profesión que lleva más de tres años al paro y cobra 700 euros del salario social.

Entre tanto, el Alcalde de Santo Adriano, Jesús Muñiz (PSOE), pagó el coste del servicio de taxi durante una semana, cuando los niños comenzaron a acudir a clase. Además, el taxista, Enrique Vázquez Braña, se comprometió con Romero a esperar el tiempo necesario para cobrar el coste del servicio. "Fueron las dos personas que más me ayudaron", precisa.

Finalmente, el Principado concedió la línea escolar. Ahora, los niños cogen un autobús en el instituto que les lleva hasta Proaza, donde toman el taxi con destino a Serandi y luego a Buseco, a donde llegan alrededor de las tres de la tarde. "Estoy muy contenta porque después de remover Roma con Santiago creo que me hicieron caso por pesada", comenta. Por su parte, Christian y Jasmine González Romero están totalmente adaptados a su nuevo centro escolar, donde cursan primer de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). "Empezaron más tarde pero están muy integrados y ya tienen muchos amigos, eso me hace muy feliz porque ellos tienen que estar con críos de su edad y más viviendo en un pueblo solos", concluye Romero, la madre coraje del autobús.

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