"Esperamos una cosecha récord y superar los dos millones de litros. Vamos creciendo poco a poco". Lo asegura la gerente del consejo regulador de la Denominación de Origen Protegida Sidra de Asturias, Reyes Ceñal. El 1,8 millón de botellas que saldrán al mercado supondrá un incremento de las ventas del 5%.

La producción de bebida acogida a este sello de calidad aumenta en cada campaña. Hace dos, cuando coincidió año de cosecha abundante como éste, se elaboraron 1,9 millones de litros y el pasado, 1,6. Es posible este incremento porque también ha aumentado la extensión cultivada de las variedades seleccionadas por el consejo, que ronda las 600 hectáreas. Ceñal explica que los cosecheros, actualmente 276, este año han cultivado 20 hectáreas más. Suman 550 parcelas. Los elaboradores de sidra son 23 y 19 de ellos de natural. Reyes Ceñal estima que el crecimiento anual de la sidra de denominación oscila entre el 5 y el 10% a pesar de que es más caro producirla porque la materia prima se paga más y por los costes derivados de la certificación. Pero merece la pena porque es un "producto de máxima calidad" que "ofrece al consumidor todas las garantías" en ese sentido.

Para certificar que se cumplen los criterios de calidad, el consejo regulador realiza controles periódicos para comprobar que se cumplen determinados rendimientos productivos, y presenciales para garantizar la trazabilidad del producto. Hace especial hincapié en que la manzana se recoja y maye en el momento óptimo de maduración porque "es un criterio muy importante" para dar "ese plus de diferenciación y calidad" a la bebida. Con el certificado de DOP se elabora sidra natural -que ronda el 92% del total-, espumosa y natural filtrada.