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Locos por la fabada en Miami

La ciudad compra, junto con Nueva York y Los Ángeles, dos toneladas anuales de alubia praviana "Ya no quieren la sudamericana", dice el cosechero Javier Fernández

En Miami apartan los zumos depurantes por la fabada. Pese a la fiebre de dietas sanas a base de verduras y frutas mandan hoy en día en Estados Unidos, los norteamericanos se han convertido en unos de los principales fans del plato asturiano. Miami, Los Ángeles y Nueva York son los destinos de dos toneladas de faba cultivada en Villavaler (Pravia) cada temporada. "Se vuelven locos, les encanta y cada vez piden más, ya no quieren alubias argentinas o bolivianas", detalla Javier Fernández, productor de la localidad praviana, que ha internacionalizado su cultivo. Este año deberá esforzarse para contar con la producción suficiente, porque "la cosecha ha sido la peor de los últimos quince años".

Una mala temporada para las fabas de Pravia, tanto en altura como en las vegas, causada por las tormentas del pasado mes de agosto y el fuerte viento que sopló en septiembre. Meteorología y enfermedades como la roya, que han obligado a los productores a aumentar los tratamientos para las plantas y con ello, los costes de producción. Una situación que se notará en los bolsillos de los compradores, ya que el precio de la legumbre subirá en los mercados. "Calculo que el kilo vaya a estar entre 14 y 15 euros", detalla Fernández.

En la fértil vega de Los Cabos, donde dicen que se producen unas de las mejores fabas de la región regadas por el Nalón, Rafael Rodríguez tiene una pequeña plantación familiar. Pero bien sabe que este año la suerte no ha estado al lado de las fabas. "La cosecha vino hecha un desastre porque las plantas se dañaron mucho, se tullen, como decimos aquí, es como si parasen de crecer antes de tiempo", dice. Así es que en las cajinas (vainas) donde el año pasado había seis o cinco fabas, este año hay tres o dos, "y muy menudas".

Una cosecha deficitaria, sobre todo, para los productores profesionales como Javier Fernández, quien estima que ha perdido alrededor de un 45% de producción. "Este año, con una hectárea y media más, voy a tener la misma cosecha que el año pasado", declara. El hombre ahonda en los motivos y explica que las tormentas de agosto mermaron mucho la producción, porque las fabas plantadas en las zonas cercanas a los árboles tomaron la electricidad de los rayos y se han estropeado.

Producción dañada

Las tormentas también afectaron a los cultivos de la vega, pero lo que más dañó la producción fueron los vendavales de septiembre, que tumbaron muchas plantas. "Se perdió mucho porque aunque las levantes luego no maduran igual", sostiene Rafael Rodríguez. En su opinión, las fabas de Los Cabos tienen la buena fama que se merecen gracias a un terreno nitrogenado y la cercanía del mar. "Son las mejores, hay una señora que me pidió fabas para vender porque tiene clientes que sólo las quieren de Los Cabos y pagan lo que sea, son más mantecosas y tienen la piel finísima".

Javier Fernández está centrado en la selección de las legumbres que realiza de forma mecánica. Este año se ha visto obligado a examinarlas casi una por una debido a que muchas están estropeadas. En total espera conseguir ocho toneladas de faba de manteca que vende bajo el amparo del Consejo Regulador de la Faba Asturiana y algo más de media tonelada de alubia nacional de mata baja. De esas toneladas, al menos dos tienen destino en Estados Unidos, donde las fabas se han convertido en un producto gourmet.

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