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La pita pinta mejora

Los criadores destacan que exposiciones como la de Candás, que hoy se clausura, ayudan a depurar la raza, pero advierten de que "aún hay mucho por hacer"

Borja Fernández, con el gallo ganador de Candás. REPRODUCCIÓN DE M. M.

Aunque aún queda un largo recorrido por hacer, la raza de la pita pinta asturiana se depura y cada año mejora. Lo explica Emilio Martínez Martínez, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Pita Pinta de Asturias, que organiza la exposición avícola que se desarrolla hasta hoy en Candás (Carreño). Argumenta que en cada edición "hay menos animales descalificados por el jurado" por no cumplir con los parámetros de la raza. "Lo conseguimos a través de las exposiciones, que nos permite criar con animales calificados", apunta Martínez.

Es una buena noticia para este colectivo, pues precisamente éste es su objetivo, el de recuperar la gallina tradicional asturiana y la más antigua, que fue perdiendo terreno en los gallineros y granjas de la región con la llegada de otras variedades de mayor rentabilidad. Señala que las aves de explotación industrial están preparadas genéticamente para la puesta o para la carne, pues tienen un desarrollo más rápido. En 45 ó 50 días están listas, mientras que la pita pinta requieren unos ocho meses, al tener "un crecimiento más lento y una rentabilidad menor, pero mayor calidad". Precisamente las bondades de la carne es lo que buscan y lo que diferencia a estos criadores. Martínez destaca además que son más "duras, rústicas y resistentes".

Pero, ¿qué características definen a la pita pinta asturiana? Martínez lo explica. Ha de tener el iris de los ojos anaranjado. El pico debe ser amarillo con manchas negras, en el caso de la variedad de pita negra, y de color rojo, en la "roxa". Las orejillas también son rojas y su constitución es fuerte y ancha. Es importante un "buen moteado" y que sea uniforme. Por último, los tarsos o patas tiene color amarillo con manchas de "roña" (negras).

El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Pita Pinta de Asturias sostiene que aún tienen "muchísimo" por hacer y cree fundamental concienciar de la importancia de apreciar que una gallina sea de pura raza de otra que no lo es. Critica la mentalidad asturiana de pensar que "es lo mejor lo de fuera" y no haber defendido la pita más emblemática y antigua del Principado frente a otras razas foráneas más rentables.

No obstante, Emilio Martínez realiza una valoración "positiva" de la exposición de Candás, en la que triunfó el gallo de Esteban Borja Fernández, de Logrezana (Carreño), por ser considerada la mejor ave de la muestra. Concursó con 26 ejemplares y también se llevó el premio de la mejor gallina araucana. Coincide con Emilio Martínez en que "a base de ir seleccionando mucho a los animales se mejoró bastante la genética" de la pita pinta. Desde hace ocho años cría esta variedad y otras aves ornamentales por "afición".

A la muestra acudieron 25 expositores con 475 gallinas. En esta edición se permitió concurrir a otras razas.

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