Agustín Fernández Alonso nació en Grado hace ahora 39 años. Es trabajador de Correos, está casado y tiene una de siete años. Tras un par de años viviendo en Colloto, hace un lustro se trasladó a vivir a la parroquia sierense de Santa Eulalia de Viil (Santolaya). El pasado otoño se presentó a alcalde de barrio y fue elegido al ser el único aspirante.
-¿Por qué decide presentarse a alcalde de barrio?
-Es patente que no se invierte ni se mejora nada en la parroquia. Eso unido a que todo indicaba que nadie se presentaría me llevó a dar un paso al frente para tratar de pelear por los intereses de Santolaya. La parroquia lleva muchos años abandonada y estamos cansados de que todo vaya para Lugones y la Pola. Existe una deuda histórica con la zona rural.
-¿En qué se basa para decir que existe abandono?
-Sólo se hace lo básico. Se cambian farolas y se rebachea algún camino a base de pelear solamente. Son cosas que no implican mucho dinero para un concejo con gran capacidad económica. Hace falta un reparto más equitativo. Sin ir más lejos, el gobierno de Foro se llenaba la boca con la zona rural y no hizo nada más que algún saneamiento, que además es obligatorio.
-¿Qué es lo más urgente para Santolaya?
-Una mejora en la escuela que usamos como centro social es fundamental. Los aleros se están cayendo y aunque el Ayuntamiento se dice consciente del problema no queremos sólo buenas palabras. Queremos hechos.
-¿Algo más?
-Claro que sí. Las carreteras que sirven como eje vertebrador del pueblo están muy mal. La que viene de El Bayu está muy deteriorada y en la Venta de la Salve hay estrechamientos que dificultan el cruce de coches en nuestros accesos y se podría solucionar con poco dinero. También habría que mejorar la conexión con Aramil y Marcenado, pues facilitaría la conexión con vías importantes sin tener que cruzar la Pola.
-También hace peticiones sobre varios caminos.
-Así es. Gran parte de la red de caminos está en mal estado, agravado por rebacheos en frío que sirven de poco. Pelearemos por una pavimentación, aunque sea por fases, pues el crecimiento de la parroquia lo merece, ya que en el último lustro se construyeron 20 viviendas nuevas.
-¿Es optimista?
-Sí. Considero que si hay voluntad hay muchas cosas que pueden hacerse. En la licitación del polideportivo se ahorraron 800.000 euros que pueden destinarse a hacer muchas cosas elementales. No pedimos milagros ni obras faraónicas como el nuevo polideportivo. Es escandaloso que haya un déficit de 3 millones en deportes y no se atiendan las demandas de las parroquias.
-¿Se siente arropado por los vecinos?
-Santolaya es un pueblo muy participativo cuando hay que luchar por algo. Sin ir más lejos, el pasado verano varios jóvenes recuperaron las fiestas después de 20 años y lo hicieron con gran éxito. Además hay una asociación cultural muy activa en la parroquia.
-¿Qué opina de la iniciativa de la alcaldesa de Collao de hacer asambleas periódicas?
-En mi opinión creo que ya existen cauces suficientes para trabajar en favor del pueblo. La presión mediática o la colaboración con los grupos municipales son formas muy válidas de tratar de alcanzar nuestros objetivos. Los medios con los que contamos son limitados como para hacer muchas innovaciones.
-¿Es útil la figura del alcalde de barrio?
-En municipios como Siero es muy útil. Ejercemos la función de interlocutores y esto facilita la labor del gobierno local, que se encuentran las necesidades agrupadas. Además, la intermediación favorece la rapidez.
-¿Se considera un político?
-Me gusta la política y tengo mi ideología, pero como alcalde soy de todos los vecinos. No se puede mezclar la ideología a este nivel y tengo la obligación de t hablar con todos los grupos.
