La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Golosos y mañosos en Feleches

Una veintena de niños de la localidad sierense participa en un taller de elaboración de dulces impulsado por el colectivo vecinal

Alumnos del taller de cocina de Feleches con sus platos. L. B.

Aprender, disfrutar y darse un gran homenaje en forma de merienda. Eso es lo que cada sábado hacen una veintena de niños de Feleches con motivo de un taller de cocina de dulces impulsado por la asociación de vecinos con el objetivo de incrementar su ya amplia agenda de actividades a los más pequeños del pueblo.

La iniciativa surgió de la vecina Marián García, que se ofreció para impartir estas clases gratuitas en las antiguas escuelas del pueblo, que finalmente tuvieron más éxito del esperado. "Nos planteamos limitar un grupo de diez, pero finalmente llenamos dos e incluso tuvimos que dejar fuera a cinco interesados más", declara la vecina convertida en profesora, que achaca la limitación de plazas a cuestiones de espacio y medios materiales. "Tenemos sólo un horno pequeño y no da para más", comenta.

El desarrollo de las clases permitió a los alumnos, de entre 4 y 13 años, aprender y en algunos casos perfeccionar sus técnicas culinarias. "Yo ya cocino en casa", coincidieron en señalar algunos, que apuntaron a las abuelas o la figura materna como sus mentores en el mundo de los fogones. Otros dicen haberlo descubierto a través de algunos de los programas televisivos culinarios que tan de moda están en la actualidad.

Gofres y galletas

Buena prueba de sus progresos dieron en la última sesión en la que los participantes elaboraron sus propios gofres y galletas. "Echamos harina, azúcar, huevo, leche, miel, mantequilla y levadura, amasamos y para terminar lo pasamos por la plancha", explicó Iván García, que al igual que sus compañeros empeñó la hora y media de la sesión en el proceso de elaboración de los gofres, que tuvo su momento estrella a la hora de amasar. "Las galletas son más fáciles porque sólo llevan harina, mantequilla y huevo", comentó la pequeña Paula Vicente, que al igual que el resto apenas esperó a que el producto estuviese listo para hincarle el diente. "Están buenísimos", proclamaron.

Una sesión que se sumó a otras en la que los niños pudieron preparar otros dulces como bizcochos y magdalenas, a las que el sábado añadirán su inmersión en el mundo de la pizzería. Unas actividades que, aunque requieren de pocos medios, buscan integrar a los niños en la vida social del pueblo. "Es justo que ellos también tengan su espacio", declara una Marián García entusiasmada con sus pinches de cocina.

Compartir el artículo

stats