La villa de Candás llora la pérdida de una de las personas más relevantes para el concejo en el último siglo. El que fuera secretario y representante de la Cofradía de Pescadores, concejal en el Ayuntamiento en los años sesenta, presidente fundador de la Sociedad de Festejos de Carreño (Sofeca) y colaborador de la Cruz Roja de Candás, Cipriano Aramendi, "Panín", falleció ayer a los 94 años.

"Murió un candasín. De los que participaron en diferentes actividades, siempre en favor de la villa de Candás y con el único interés de atenderla", recordó Alberto García, sobrino-nieto del escultor Antón, quien formó con Aramendi la primera directiva de Sofeca, una labor que consiguió "estrechar aún más" el lazo de amistad que les unía. "Su talante reposado supo impartir ciertas lecciones que hicieron mucho bien en los compañeros y en sus distintas colaboraciones. Era un hombre al que le gustaba más construir que criticar", abundó García.

La pérdida de Aramendi también causó un fuerte impacto en la Cofradía, a la que estuvo vinculado durante muchos años. "Lo recuerdo como un gran secretario, muy honrado, trabajador y buena persona", repasó el patrón mayor, José Ángel Gutiérrez, quien aseguró que Aramendi "todavía pasaba por la sede con frecuencia. Le gustaba mucho la mar, la actividad y estar en el meollo". "Durante el ejercicio de su cargo la Cofradía de Candás fue pionera en muchas materias, y estuvo en la élite. Además, también fue mérito suyo que la gente del Nodo se quedase con sus casas", recalcó Gutiérrez.

El Casino de Candás, entidad de la que fue uno de los fundadores, como así atestiguaba su carné de socio, que portaba el número dos, fue el lugar predilecto de Aramendi durante sus últimos años. Allí pasaba las tardes conversando, echando la partida y utilizando el ordenador. "Era una bella persona, educado, servicial y muy amigo de sus amigos; en el pueblo todo el mundo le admiraba", aseguró Eloina Martín, presidenta del Casino de Candás. "Era un hombre muy vivo y culto. Por ejemplo, hace años aprendió a utilizar el ordenador, pese a su edad. Se le instaló uno en nuestra sede, y allí se pasaba las tardes navegando en internet", añadió Martín.

De entre todas las entidades con las que Aramendi tuvo relación a lo largo de su dilatada trayectoria se encuentra la Cruz Roja. "Era un gran paisano. Guardo un gran recuerdo de él. Sólo se pueden contar bondades, ninguna cosa mala", reiteró Gonzalo González, presidente de la asociación humanitaria en Candás, además de sobrino político del fallecido.

"Era un enamorado de Candás y su gente. Siempre tuvo la puerta de casa abierta a todo el mundo, especialmente si se trataba de gente de la mar", recordó emocionado uno de sus hijos, Antonio Ciprino Aramendi, más conocido como "Tito". "Para mí era el mejor. Lo que más me reconforta es que, tras su dilatada vida, todas las personas con las que trato tienen un recuerdo inmejorable de él. Quisiera poder parecerme a él algún día", expresó Aramendi.

A las cinco de la tarde será el funeral de Cipriano Aramendi en la iglesia de San Félix.