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PABLO HERNÁNDEZ | Pregonero de la Fiesta del Picadillo de Noreña

"Candelario y la Villa Condal tienen en común el origen y la industria chacinera"

"Esta visita abre las puertas a que podamos incrementar el intercambio con otras localidades del Principado"

Pablo Hernández. reproducción de lucas blanco

Pablo Hernández nació hace 56 años en Madrid, pero por motivos de trabajo, primero, y conyugales, después, echó raíces en la localidad salmantina de Candelario hace más de 30 años. Pedagogo en una escuela de Educación Infantil, el pasado año fue elegido alcalde por el PSOE de este pequeño municipio de tradición chacinera y con apenas un millar de vecinos. Hoy será el encargado de leer el pregón de la fiesta del Picadillo y el Sabadiego en honor a San Marcos de Noreña, a las 13.00 horas. Una localidad con la que su pueblo quiere retomar una estrecha relación iniciada en los años noventa del siglo pasado.

-¿Cómo llegó el ofrecimiento de ser pregonero?

-Poco después de tomar posesión como alcalde, Miguel Fuente Calleja me mostró su interés por retomar y dar vitalidad a las relaciones que entabló la Orden del Sabadiego con Candelario hace muchos años. Me pilló de sopetón de primeras, pero nos dimos cuenta de que era algo positivo para acercar los pueblos e intercambiar su cultura.

-¿Qué planes tienen para estrechar lazos?

-Es algo que estamos pensando de alguna manera para incrementar el intercambio, tanto con Noreña como con el Principado de Asturias y varias de sus localidades. Candelario fue fundado por pastores asturianos en la época de repoblación de la península. Esto y la tradición chacinera son dos cosas en común que merecen ser tenidas en cuenta para caminar unidos.

-¿Existe alguna medida concreta prevista?

-De momento, tengo conocimiento del interés de la Banda de Música de Noreña por visitarnos y sería una buena manera de continuar con el intercambio. Esperamos que la visita de este fin de semana sirva para acordar otras iniciativas.

-¿Goza de buena salud la chacinería en Candelario?

-No vive sus mejores años. No está mal, pero no es lo mismo que a mediados del siglo pasado, por ejemplo. Tenemos una fábrica dentro del pueblo y luego otra que está en las afueras desde los noventa. Realmente, el gran polo chacinero de Salamanca es Guijuelo, que ejerce una competencia buena porque da trabajo a nuestra comarca.

-¿Cuál es el producto estrella de su tierra?

-El chorizo, tanto blanco como rojo, es lo principal, pero tampoco hay que dejar de lado el lomo y los jamones, pues son muy preciados entre los consumidores.

-¿Es el turismo una alternativa a esa industria?

-Toda la zona de las sierras de Béjar, Candelario y Francia son reservas de la Biosfera. Además, estamos en la lista de 34 pueblos más bonitos de España junto a alguna localidad asturiana, como Lastres. Tenemos una serie de atractivos y un tipo de vida relajada que podemos vender.

-¿Ven una oportunidad en esta visita a Noreña?

-Nos sentimos muy cerca de todo el norte de la región, y Asturias no podía ser menos. Venir y dar a conocer Candelario es uno de nuestros objetivos.

-¿Conocía Asturias?

-Sí, de extremo a extremo, pero curiosamente nunca había visitado Noreña. Conozco desde Los Oscos hasta Llanes, pasando por localidades como Tazones, Villaviciosa y otros muchos rincones que sin duda la experiencia me dice que son muy recomendables para ser visitados.

-¿Puede adelantar algo de su pregón?

-Trataré de recordar de alguna manera los inicios de la relación entre ambos municipios, que llegó de la mano de la Orden del Sabadiego y la entonces alcaldesa, la también socialista Carmen Esteban, y al mismo tiempo aprovechar para hacer un llamamiento a mantener e incluso impulsar lo que nos une, pues compartido puede hacernos mejorar.

-¿Que retos tiene como alcalde de su localidad?

-Hemos bajado de los mil habitantes. La comarca entera sufre un declive económico y demográfico. La población se concentra en Béjar, que tiene 15.000 habitantes y está a sólo cuatro kilómetros de Candelario, si bien el propio Béjar perdió demografía por la caída del sector textil. Por tanto, nuestra principal meta es tratar de frenar el declive que se viene sucediendo en las últimas décadas y, a partir de ahí, tratar, por diferentes medios, de favorecer la ocupación de nuestros habitantes para que no tengan que marcharse a otros lugares para poder ganarse la vida.

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