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Pravia mira con otros ojos a los refugiados

Los usuarios del Centro de Apoyo a la Integración recaudan fondos para Siria con la venta de bolsas en una exposición

Usuarios y personal de Ascivitas en la exposición "Solidaridad sin fronteras" de Pravia; algunos de ellos sujetan las bolsas que han diseñado para conseguir fondos para ayudar a los refugiados sirios. S. ARIAS

Soportar las bombas, el miedo y el hambre llevan a miles de personas a huir de Siria, en guerra civil desde 2011. Una ruta a pie o en barco en busca de la ansiada paz en Europa para terminar recluidos en campos, rodeados de vallas. El drama de los refugiados sirios está de plena actualidad y es el tema en el que han trabajado en las últimas semanas los miembros del Centro de Apoyo a la Integración (CAI) Ascivitas de Pravia y que ahora muestran en la Casa de Cultura bajo el título "Solidaridad sin fronteras", que estará expuesta hasta el viernes.

La exposición está dividida en cuatro partes, cada una explicada por los usuarios de Ascivitas y comienza con los primeros hechos acaecidos en Siria en 2011. "Empezaron con protestas pacíficas que terminaron convirtiéndose en enfrentamientos y muertos", explica Yasmina Gijón. La joven es la encargada de enseñar los dibujos que reflejan la guerra y una muestra con juguetes y materiales hechos por ellos que escenifican un campo de batalla. "La guerra de Siria tiene más desplazados que cualquier otro conflicto, 60.000 personas huyen todos los días", añade Gijón, muy concienciada con el tema. Y es que ella se pone en la piel de los miles de desplazados y no puede contener la rabia: "A nadie le gusta tener que dejar atrás todo, tu casa, tu trabajo, tu familia... Creo que con esta exposición vamos a hacer que la gente cambie un poco de pensamiento hacia los refugiados", opina.

De hecho, Gijón recuerda a los visitantes que la situación que viven hoy los refugiados sirios "es muy parecida a lo que pasó aquí en España cuando la guerra de Franco, que muchos tuvieron que marchar", matiza. Por eso anima a los pravianos a poner un granito de arena y dar la vuelta a esta situación de abandono y desesperación para miles de sirios.

Para ello, han diseñado unas bolsas que venden a 5 euros, cuyo fondo se destinará íntegro a la asociación "Brazos Abiertos Asturias", que trabaja con los refugiados en el mar Egeo, y con la que colaboran para la exposición, que ya ha registrado un alto número de visitas.

La segunda parte refleja el viaje a pie y en barco que realizan los refugiados y ayer era Manuel Inclán el encargado de la guía. "Primero van caminando a Turquía y luego en barco a Grecia, pero esos barcos son como pateras y van muchos dentro, pasan dificultades como la deshidratación, el humo del motor o que no llevan chalecos salvavidas y muchos no saben nadar", comenta. La muestra contiene dibujos y una representación del mar con sus barcos y chalecos y también unas gafas y un oso de peluche. "Es para que relacionen lo que aparece cuando se ahogan, da pena que está gente se muera así", sostiene. En su opinión, Europa tiene que acoger a los refugiados "antes que echarlos porque son igual que nosotros, no son para nada diferentes y yo creo que se les podría hacer un hueco".

El siguiente bloque expositivo refleja los campos de refugiados, con sus vallas y pinchos metálicos que elaboraron a mano. También colgaron 28 estrellas, una por cada país de Europa. José Antonio Rodríguez estaba ayer encargado de las explicaciones sobre cómo se vive en los recintos.

"Me pongo en la piel de esas personas y no me quisiera ver", asegura. Rodríguez cree que es necesaria más ropa y comida para estas personas pero sobre todo que haya paz: "Tienen que mirar a ver cómo lo consiguen pero estas personas no pueden seguir así". La exposición termina con una sección participativa, en la que los visitantes pueden dejar un mensaje colgado a una red de pescador. "Son mensajes de apoyo a los refugiados como gotas de agua", detalla Socorro Jiménez.

Tienen claro lo que pasa en Siria y así se lo contarán a sus vecinos hasta el viernes, de 11 a 13 horas. Una muestra para conocer la crisis con una visión que aboga por la paz. Si los chicos y chicas de Ascivitas llegasen a Bruselas, a la Unión Europea no lo quedaría más que deshacer los campos. "Nadie se quiere ver así".

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