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"Sólo fue un error", dicen los padres del detenido por pintar un banco en Florencia

El progenitor asegura que el estudiante de Siero escribió únicamente "Gijón" y niega que sea un radical: "La palabra ultra ya estaba puesta"

"Cometió un error de juventud, pero su intención no era política ni nada parecido". La familia del alumno sierense de 1º de bachillerato detenido el pasado 19 de junio tras pintar un banco de una plaza protegida de Florencia quiere aclarar que el comportamiento del joven no tenía ningún contenido político y negar su pertenencia a un grupo ultra.

El propio progenitor señaló ayer a LA NUEVA ESPAÑA que el joven es "un chico normal y buen estudiante" al que a su juicio "se le ha etiquetado con una palabra como ultra que puede dar lugar a malas interpretaciones y que no le corresponde". El padre asegura que el alumno, que se encontraba de viaje de estudios con su centro, tan sólo pintó la palabra "Gijón" en el banco. "La palabra ultra ya estaba puesta y el sólo añadió Gijón, sin segundas intenciones", puntualiza, a la vez que considera que esta circunstancia provocó una malinterpretación, pues sostiene que las autoridades italianas no contemplan un contenido ofensivo en su acusación.

Del mismo modo, admite que el estudiante realizó pintadas previamente en el centro educativo, pero desmiente que estas tuvieran ninguna connotación extremista. "Se trata de figuras con letras que representan las iniciales de un grupo de amigos", señalan los familiares, que también quieren dejar claro que "él no forma parte de ningún grupo ultra, ni está afiliado a ningún partido político ni nada por el estilo".

La familia asegura que la relevancia que tuvo tanto la detención del estudiante como su expulsión del viaje de estudios por parte del centro ha supuesto un duro golpe tanto para el joven, que se muestra arrepentido por los hechos, como para su familia, que se siente señalada por unos hechos que califican como un error de juventud. "Es lógico y merecido que haga frente a una multa, pero no que quede marcado por una presunta intención ideológica que no le corresponde", sostienen.

Los progenitores del joven, que discrepan de la manera de gestionar la situación por parte del centro, esperan que los hechos, que derivaron en el inicio de un proceso penal por atentado contra el patrimonio cultural y no incluye ninguna referencia al contenido de la pintada, queden cuanto antes en el olvido y anuncian el cambio de centro del estudiante, que esperan que no afecte al buen rendimiento académico mantenido hasta la fecha.

De todos modos, admiten la culpabilidad del chico, que fue visto por un gendarme cuando realizaba la pintura sobre el banco situado en la plaza de la Señoría de Florencia, y lamentan todos los posibles quebraderos que este suceso haya provocado al resto de personas que integraban el viaje de estudios.

Cabe recordar que el alumno se encontraba en Italia de viaje de estudios junto a otros 54 alumnos y tres profesores cuando sucedieron los hechos. Los estudiantes estaban disfrutando de un descanso cuando los gendarmes pillaron al joven pintando en uno de los bancos de la considerada plaza más importante del casco histórico florentino, declarado patrimonio de la humanidad.

Después de alrededor de dos horas declarando ante las autoridades, el joven fue puesto en libertad con cargos por un delito contra el patrimonio cultural por el que podría enfrentarse a una cuantiosa multa. El centro decidió expulsarle de la expedición a Italia.

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