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La fundación laboral de Hunosa aumenta su plantilla un 10%

El incremento de la carga de trabajo de la entidad, con sede en Carbayín, permite rozar los cien empleos tras años de crisis

Trabajadores en las instalaciones de Fusba en Carbayín. L. BLANCO

La Fundación Laboral Santa Bárbara (Fusba), entidad creada por Hunosa en 1975 para la integración de familiares discapacitados de mineros y que cuenta con su sede en Carbayín Alto, aumentó su plantilla en un 10% en los últimos meses. Un incremento que se debe a la declaración como medio propio de la administración, que permite hacer pedidos directos tanto de Hunosa como de otras entidades del grupo SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y de la Administración General del Estado.

El nuevo estatus de la fundación, conseguido tras dos años de gestiones por parte de Hunosa, ha supuesto un aumento de la carga de trabajo de una entidad que oferta numerosos productos, entre los que destaca su oferta textil para diversas actividades laborales como la minería o plataformas petrolíferas de diversos países, entre otros.

Ese aumento de la producción permite a la fundación, que en las últimas décadas ha ido reduciendo la plantilla por el declive de la minería, pasar de los 89 empleados que había en octubre a los 98 que hay en la actualidad. De estos, más del 95% son personas con algún tipo de discapacidad física psíquica o cognitiva pertenecientes a familias de mineros.

Si bien la empresa tiene su sede en Carbayín Alto, sus servicios son ofrecidos en distintos puntos de las comarcas mineras. Concretamente, las nueve personas contratadas en los últimos meses desempeñan diferentes puestos. Cuatro de ellos trabajan en el centro de experiencias del pozo Sotón, en San Martín del Rey Aurelio, mientras que los otros cinco restantes lo hacen en el lavadero Batán de Mieres.

El objetivo de esta entidad, que en su día vivió exclusivamente de abastecer a los 22.000 trabajadores que llegó a tener Hunosa, es ahora sobrepasar el límite de los 100 empleos después de unos años en los que la dirección centró sus esfuerzos en corregir el déficit de unas instalaciones que antes se dividían entre Ujo y Carbayín, hasta que en el año 2014 fueron centralizadas en la parroquia sierense.

Entre las medidas con las que la fundación pretende seguir creciendo en plantilla y reducir su déficit está la apertura de nuevos mercados. Algo que de momento ya se ha conseguido con nuevos canales de comercialización hacia zonas como los países escandinavos y que la dirección pretende ampliar al continente africano, donde la fundación dirigida por Jesús Fernández busca clientes desde hace unos meses en países como Angola o Senegal.

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