La oratoria, el arte de hablar en público, es una carencia bien visible en la educación española desde hace mucho tiempo, a pesar de que para muchas personas se termina por convertir en una herramienta de primera necesidad en sus carreras. La escuela de verano de siero, Evades, organiza estos días un curso sobre debate, impartido por Daniel Vega, varias veces ganador del concurso universitario de debate en Asturias, para tratar de paliar esta carencia. A él asisten desde estudiantes hasta empresarios y profesionales.

El curso tiene un carácter eminentemente práctico. "No sirve de nada enseñar la técnica a la gente si después no la practica; es practicando como se aprende a canalizar el miedo", explica.

Porque quizá el principal problema de hablar en público sea ese: el miedo. Una limitación que el monitor está convencido de que siempre permanece. "Hay un miedo a hablar en público que todos tenemos, y ese miedo no se quita; se trata de canalizarlo, de cambiarlo por otra cosa", sostiene.

Y existen numerosas técnicas para hacer frente a ese miedo, como el movimiento de las manos, el uso de un bolígrafo, el dominio del espacio, la inflexión de la voz y un largo etcétera. En cualquier caso, es fundamental atender a la comunicación no verbal.

"Hay estudios que dicen que el 93 por ciento de lo que comunicamos lo hacemos a través del lenguaje no verbal, y solo el siete por ciento corresponde a las palabras", asegura Daniel Vega.

Esa faceta, a pesar de su importancia, se suele trabajar muy poco. El curso de Evades trata, en cambio, de darle la importancia que se merece. Y lo está haciendo a través de una práctica en la que los alumnos se involucran y trabajan. Desde principios de semana han trabajado un debate, que se celebrará mañana, sobre el tema "¿Sabemos vendernos los asturianos?" Unos hablarán a favor y otros en contra. Pero todavía no saben quién estará en cada bando porque les tocará por sorteo. Será una piedra de toque.