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Perlora, lleno pese al abandono

Los "niños de la Ciudad de Vacaciones" evocan sus veraneos en la zona, a la que siguen volviendo para disfrutar de la playa pese a la decadencia de las instalaciones

Adrián de la Roz, Lucía Rancaño, Olga Rancaño, Tania Rosado, Alberto de la Roz, Iván Rancaño, Covadonga González, María Jesús de la Roz y Juan Suárez disfrutan de la comida en un prau de Perlora. S. ARIAS

Los niños de Perlora, quienes veranearon en la Ciudad de Vacaciones de Carreño en las décadas de los setenta y ochenta del pasado siglo, quieren volver a disfrutar del espacio con el esplendor de antaño. Una gracia que ha ido perdiendo con el paso de los años y el abandono de los chalés en los que veranearon miles de asturianos. Pese a la decandecia de la Ciudad de Perlora, el lugar sigue atrayendo mucha gente cada fin de semana para disfrutar de la costa asturiana con la familia o con los amigos.

"Somos niños de Perlora y añoramos aquellos años porque lo pasábamos muy bien, por eso seguimos viniendo", explica Ovidio García. Y continúan disfrutando del verano en Perlora porque es muy familiar, ofrece buenos baños en sus playas y cuenta con amplios espacios verdes que "dan un juego grandísimo al estar al lado de la arena". A su alrededor, cientos de casas abandonadas, algunas de ellas incluso con desperfectos y derrumbes que indignan a los veraneantes.

"Deberían arreglarlos y ponerlos en alquiler porque es una pena que ésto se pierda, hay de todo, playa, pradera y chiringuito, ideal para disfrutar del verano", añade Olvido García. Lo mismo piensan Olga Rancaño y su familia, asiduos de la ciudad residencial de Perlora en los meses de verano, cuando toca trabajar, por la cercanía que ofrece. "Es una pena que un sitio tan agradable se deje morir, deberían alquilar las casas entre la administración y las empresas privadas para que sobreviva algo tan guapo", afirma. La única queja que tiene es la suciedad: "Va en detrimento de que vuelvas", advierte Iván Rancaño. Después de la comida nunca perdonan una caminata por el paseo marítimo, destaca.

Una suciedad muy visible en la zona de parrillas de la playa de Carranques, donde se concentró el grupo de amigos de Iván Pérez, de Langreo. "Tengo una casa en Perán y vienen a visitarme porque está todo muy guapo, la pena es que esté todo muerto", señala el joven. Su amigo Alejandro Currás acude a su casa para "pasar el día porque hay pila de gente".

En la parrilla compartieron espacio con Rogelio Joya, quien asaba patatas y pollo. "Para pasar el fin de semana con los amigos es lo mejor que hay en Asturias, venimos casi todos los fines de semana", asegura. Además de dar un buen homenaje al estómago, otra cosa que no puede faltar en la Ciudad de Vacaciones de Perlora es "un bañín, lo mejor de todo", sentencia Joya.

Esta zona es de las más visitadas por los asturianos debido a los grandes espacios verdes que ofrece. Allí estaban también unos asiduos de la Ciudad de Perlora desde hace décadas, la familia García García. En las playas de la zona sus hijos celebraron innumerables cumpleaños y ahora siguen acudiendo: "Es una tradición y nos encanta, lo único el dolor de verlo todo abandonado", precisa Irene García Alba.

Pese al abandono de las casas de la Ciudad de Perlora, son muchos los que prefieren estar en la zona verde y a resguardo del sol, para lo que aprovechan las entradas de las viviendas para apostar la mesa y las sillas. "Se pasa muy bien aquí, nos relajamos y pasamos el día fuera de casa", indica Everardo Murias. La Ciudad de Vacaciones de Perlora sigue manteniendo el tirón entre los asturianos, quienes confían en verla de nuevo en todo su esplendor.

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