Antonio Pavón Palomo, "el Antequerano", será hijo adoptivo de Grado. Así lo anunció el equipo de gobierno de IU tras recuperar el expediente iniciado en 2010 para otorgar la distinción honorífica a Pavón, quien llegó a Grado con 14 años desde el pueblo malagueño de Antequera. En la villa moscona se quedó a trabajar y en ella formó su familia, al tiempo que era miembro y cabeza pensante de varias asociaciones y colectivos, colaborando altruistamente en diversos proyectos culturales para el concejo, entre los que destaca su paso como presidente por la Hermandad de Santiago y Santa Ana.

"Estoy muy emocionado, aunque aún no me lo creo y no he recibido aviso oficial", afirmó ayer Pavón tras recibir la noticia de la concesión del título honorífico. Su familia también se mostró muy emocionada, y su hija Beatriz Pavón considera la distinción una sorpresa digna de celebrar.

La propuesta de Pavón como hijo adoptivo del concejo fue impulsada por el Foro de Creación y Lectura de la biblioteca municipal de Grado y la asociación cultural "Valentín Andrés". Además, la candidatura llegó respaldada por una docena de colectivos del municipio. Una propuesta refrendada por todas sus aportaciones culturales y sociales al municipio, en el que también creó la asociación "Prámaro" por la integración de los discapacitados. A su propuesta también ayudó el cariño que todos los moscones tienen a su andaluz más asturiano, siempre con una poesía a punto de recitar.

La candidatura fue refrendada el 22 de julio de 2010 por los grupos políticos municipales en junta de portavoces. Si bien, según señala IU, "por motivos que no están claros, Toni Pavón nunca llegó a recibir el título". Y es que la puesta en marcha de los trámites para otorgar el título honorífico al "Antequerano", que ya lo tiene por el cariño que le profesan los moscones, sirve al equipo de gobierno para criticar al anterior ejecutivo de PP y Foro.

"En el anterior mandato se instauró la costumbre de abrir todo tipo de expedientes para contentar a los vecinos y asociaciones, pero después no se les daba traslado por falta de voluntad política", critica Plácido Rodríguez, edil de Comunicación, que liga esa supuesta falta de voluntad política al nombramiento de cronista oficial del concejo, Gustavo Adolfo Fernández, que se aprobó el mes pasado. "Todo parece indicar que las distinciones previstas en el reglamento municipal pasaban un control político", sostiene Rodríguez.