La melodía del "Cristo de Candás", que suena cada hora de las veinticuatro que tiene el día desde el reloj de la iglesia de San Félix, trae de cabeza a un candasín de adopción. Tal es así que ha elevado sus quejas al Ayuntamiento, previa conversación con el párroco, exponiendo su malestar. "El sonido de noche es desquiciante, la melodía se me mete en el oído y eso que duermo con tapones", explica el afectado, que prefiere quedar en el anonimato. "No quiero ningún tipo de polémica. Compré mi casa, situada a cincuenta metros de la iglesia en línea recta, para descansar por un problema médico, y aún no lo he hecho", añade. "¿Qué lleves en esa saya, que tanto vuelo le das? Llevo roses y claveles para el Cristo de Candás", reza la canción original, que en la iglesia suena "como si fuera una campana", detalla el denunciante.
La canción que, entre otros autores, popularizó Víctor Manuel es algo que forma parte de la idiosincrasia de Candás. Así lo defiende el colectivo de feligreses que ha impulsado una recogida de firmas en diversos negocios de la capital del concejo para mantener la tradición. "Aquí ya se firmaron cuatro hojas", indica la comerciante Antonia Durán al referirse a los listados de treinta rúbricas cada uno que tiene sobre el mostrador de su establecimiento. Este grupo también afirma que la melodía del Cristo dura "veinte segundos" frente a los "dos minutos" que argumenta el afectado.
Minutaje aparte, la última palabra sobre si el reloj respeta o no la normativa de ruidos la tiene el Ayuntamiento. Para ello, el Consistorio realizará en los próximos días una medición de los decibelios para saber si el "Cristo de Candás" está a más o a menos volumen de lo que marca la ley. Lo que sí es seguro es que al denunciante le molesta.
"Yo creo que supera los decibelios marcados con creces", expone el afectado, que está dispuesto a aceptar que la melodía del reloj del templo deje de sonar solo durante las noches para conciliar así "la tradición" con las horas de descanso. Precisamente por el descanso, el denunciante compró su vivienda hace tres años, por prescripción médica según argumenta. "Estoy en Candás, que es un pueblo que adoro, solo por temporadas porque no puedo descansar como debería y que conste que no tengo nada contra la iglesia ni tampoco contra el Cristo de Candás, pero es que esa melodía por las noches...", señala el candasín de adopción, que se niega a que el Ayuntamiento haga mediciones en su casa y pide al gobierno que lo lleve a cabo en plena calle.
Tras recibir la queja, el Ayuntamiento se puso manos a la obra y dio la opción a que tanto el Obispado como el párroco candasín hicieran sus alegaciones. Los feligreses y defensores de la melodía argumentan además que "en más de cincuenta años el sonido del reloj nunca ha generado ninguna queja", por lo que confían en que no haya ningún tipo de cambios.
"Tengo escuchado la melodía a las cuatro de la mañana, a las cinco, a las seis y así en adelante. ¿Quién lo escucha? ¿Realmente hace falta que suene a esas horas?", se pregunta el denunciante, que no duda en afirmar que si la melodía sonara con los mismos decibelios en todo Candás "habría más quejas".
