Eduardo Antuña es natural de Tuilla (Langreo). Allí descubrió el teatro amateur, en el que siguió a través del grupo Lloréu de Gargantada. Su salto al mundo profesional llegó de la mano de Teatro Margen, que a su vez le catapultó a probar suerte en Madrid. A sus 52 años ha trabajado en numerosas películas y teleseries con directores como Álex de la Iglesia o Santiago Segura. Hoy a las 23 horas leerá el pregón de las fiestas de Valdesoto.
-¿Le pilló por sorpresa esta designación?
-No me lo esperaba para nada. Es todo un honor, pues al ser de Tuilla fui muchas veces a San Félix tanto a la fiesta como a disfrutar de Les Carroces. Me hace especial ilusión porque yo empecé en el teatro amateur y el desfile es un semillero del mismo. Me siento muy identificado con la gente que participa de este evento.
-¿Por dónde irán los tiros?
-El significado de la palabra carroza será el hilo conductor de todo el texto. La vida es una carroza y qué mejor que la fiesta de San Félix para abordar este tema.
-¿Le identifican con algún personaje?
-Me dicen que soy famoso, pero no saben de qué. Últimamente me identifican mucho por mi papel en "La que se avecina".
-¿Qué personajes le marcaron más?
-Mi favorito es el papel que hice de un hombre tan bueno que parecía tonto en mi primera película, "Mi Madre es Boba". El que más fama me dio fue el de "Charly" en la película "La Comunidad" de Álex de la Iglesia.
-¿Es dura la vida del actor?
-Más del 70% de los actores está en paro y de los que trabajan muchos perciben cantidades por debajo del umbral de la riqueza. El 21% del IVA cultural no está matando. En espectáculos que antes había 8 ó 9 actores ahora tiene que haber cuatro.
-¿Cuál es la solución?
-Bajar el IVA y con ello bajarán los precios del teatro y del cine. No puede ser que una entrada para el teatro cueste 30 euros o ir al cine más de 20 entre entrada y palomitas. Si baja el IVA tendremos precios más competitivos y la demanda aumentará.
-¿Suele visitar Asturias?
-Antes venía más. Ahora suelo hacerlo por vacaciones. La verdad que me gusta venir porque me siento querido. Puedo decir que yo soy profeta en mi tierra.
-¿Cambió mucho la región desde su juventud?
Sí. Da pena ver el bullicio y la vida que se perdió por el declive de la minería y los astilleros. En Tuilla pasamos de 7.000 a 1.500 habitantes en poco tiempo.
