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Panero planea repescar este año hasta a 30 extrabajadores del Matadero Central

El grupo empresarial prevé completar su instalación en Noreña antes de octubre y retomar la matanza de ganado vacuno este mismo otoño

Renovación. FRANCO TORRE

El grupo empresarial Panero, propietario del Matadero Central de Asturias, con sede en Noreña, prevé completar su mudanza a las instalaciones del polígono de La Barreda en las próximas seis semanas, con el objetivo de comenzar a trabajar en la Villa Condal el primer día de octubre. Además, el grupo Panero prevé también retomar la función de matadero este mismo año, aunque en un primer momento sólo se reactivaría el sacrificio de canales de vacuno. Una actividad, en todo caso, que propiciará la creación de entre 25 y 30 puestos de trabajo ya desde un primer momento, para los cuales se prevé entrevistar a los extrabajadores de Junquera Bobes, anterior propietaria del macelo noreñense.

Según precisa Luis Alberto Sánchez, fundador del grupo empresarial y padre de las actuales propietarias, las hermanas Cristina y Marta Sánchez, dos empresas de calado ya han comunicado al grupo Panero su interés por adquirir toda la carne de vacuno que pueda producir el Matadero Central, de ahí el interés por retomar este mismo año esa función. Para dirigir la sección de macelo, el grupo Panero ha contratado al antiguo gerente del Matadero de Mieres, José Luis de la Pasión, que será precisamente la persona que se encargue de las entrevistas de trabajo para seleccionar al personal.

Fuentes de la antigua plantilla de Junquera Bobes refrendan que la dirección del grupo Panero se ha mantenido en contacto con ellos en estos meses, y que les han transmitido esta misma opción de recuperar a extrabajadores del Matadero Central para esta nueva singladura. Una opción que agrada a los antiguos trabajadores, que además ven "razonable" la cifra de trabajadores que estima el grupo Panero para reactivar el sacrificio de canales de vacuno. Los extrabajadores también agradecen que la dirección del grupo Panero haya valorado sus esfuerzos para que las instalaciones se hayan mantenido en buen estado hasta completar el proceso de liquidación.

Mientras se concreta esa opción, el grupo Panero trabaja a destajo para que las instalaciones estén en condiciones de albergar sus actividades de logística antes de octubre. "Vamos contrarreloj", confiesa Luis Alberto Sánchez, al que sin embargo se percibe ilusionado ante el reto que supone reflotar el que ha sido el buque insignia de la industria cárnica asturiana.

Ampliación de cámaras

Para afrontar este mayúsculo desafío, el grupo Panero no deja nada al azar. Para empezar, se ampliará el número de cámaras de refrigeración en la parte superior de las instalaciones para poder asumir las necesidades logísticas: actualmente hay una cámara de refrigeración y tres de congelado, y la pretensión es construir otras dos cámaras de refrigeración. Además, se construirán dos muelles de carga adicionales y se instalará un sistema de refrigeración en la zona de carga y descarga para mantener la cadena de frío.

Esta zona de carga y descarga es, de hecho, una de las que más atención requiere del conjunto, por esa necesidad de mantener la temperatura y también por su adecuación a los actuales requisitos prácticos y sanitarios de la actividad. En la actualidad, se está procediendo a cambiar el suelo de toda esa zona, para lo cual se han hecho diversas pruebas a fin de lograr un firme que responda a las condiciones de trabajo que requerirá esa área.

En total, el grupo Panero prevé invertir una cantidad próxima al millón de euros en estas obras de acondicionamiento. Una cifra que se debe sumar a los 1.350.000 euros que el grupo empresarial abonó apenas dos meses atrás para hacerse con la propiedad de las instalaciones, que cesó su actividad en julio de 2014.

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