El director del colegio público de Noreña, Alberto González, remitió el pasado día 12 de septiembre, coincidiendo con el inicio del curso escolar, una carta a la alcaldesa de Noreña, la independiente Amparo Antuña, en la que denuncia que algunos cambios en la organización de personal municipal habían dejado al centro sin conserje, lo que calificó como una falta de "consideración y seriedad" por parte del Consistorio.
En dicha misiva, González señala que el primer día de colegio fue él mismo el que tuvo que abrir y cerrar las puertas del centro, mientras el conserje realizaba otras labores. "El conserje está con una máquina limpiando las aceras de la escuelina", relata en el mismo texto en el que asegura haber hablado hasta en tres ocasiones con el concejal de Personal, Inaciu Iglesias, del que indica que "no entiende cómo funciona este colegio".
Del mismo modo, el director acusa a la actual corporación local, integrada por IPÑ, Foro de incumplir los compromisos adquiridos por la institución municipal previamente. "Se han saltado el acuerdo que teníamos con la anterior corporación, de 2011, y los acuerdos del anterior curso, alcanzados en diciembre y mayo", explica el docente, que luego añade la frase "ustedes no tienen palabra" e indica en el mismo escrito que "los padres no merecen este trato y este desdén".
Esta situación fue trasladada posteriormente por el propio director a los padres mediante otra carta fechada del día 16 de este mes en la cual advierte de las nuevas condiciones. "El Ayuntamiento nos informa que enviarán un operario para la apertura y cierre del centro, limitando sus funciones exclusivamente al inicio y fin de las actividades escolares", explica para luego advertir que pese a la disposición de los profesores no se podrán "subsanar todos los inconvenientes" que a su juicio generará la nueva situación.
Concretamente, expone que podría haber problemas en casos como urgencias, entradas y salidas de alumnos enfermos, atención a proveedores o arreglos urgentes y ruega "paciencia, comprensión y un cumplimiento estricto de las medidas adoptadas" para que el funcionamiento del colegio se vea afectado en la menor medida posible por los cambios adoptados por el equipo de gobierno municipal.
Un problema que tiene su origen en un cambio de criterio por parte del gobierno actual respeto a los anteriores, que considera que la designación de un conserje es competencia de la administración regional y considera prioritario destinar su personal a otras actividades de competencia municipal, manteniendo la disponibilidad a realizar actuaciones concretas de mantenimiento cuando el propio colegio público lo precise mediante una solicitud previa al Consistorio.
