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"El suelo resbala y deben cambiarlo", exigen los vecinos de Valdés Pumarino

Los residentes en la céntrica calle candasina están "contentos" por el inminente inicio de las obras, previsto para mediados de octubre

Una mujer y su hijo, en un tramo con baches de la calle Valdés Pumarino, ayer. A. F. V.

Las obras de la calle Valdés Pumarino, una de las más transitadas de Candás, comenzarán en unas semanas. Si bien vecinos y comerciantes están "contentos" con el acometimiento de estos trabajos, que creen "necesarios", los usuarios de la vía consideran de vital importancia "que el Ayuntamiento elija un material no deslizante para la acera". Además, los propietarios de bajos comerciales en el cruce con Ramón y Cajal también solicitan "una solución" para el alcantarillado del entronque, "que acumula mucha agua en época de lluvias", sostienen.

"Las obras están bien porque la calle necesita arreglos. Aunque deberían poner una acera de adoquines o de cualquier otro material no deslizante porque, tal y como está ahora, es un peligro. De hecho, hace unas semanas un hombre resbaló, se cayó y se rompió la tibia. Es un peligro", recalca Manuel Ángel Muñiz, propietario de una panadería en Valdés Pumarino.

Además del pavimento deslizante, los propietarios de la zona denuncian que en el tramo entre la calle Valdés Pumarino y Ramón y Cajal se producen acumulaciones de agua en época de lluvias. "Hay una alcantarilla, pero cuando baja el reguero de agua, la sortea, por la bajante. Lo ideal sería que, ya que van a abrir la calzada, también intenten poner solución a este problema", propone Amara Domínguez, al frente de una perfumería, que se ve "afectada" por estas acumulaciones de agua.

También contento con las obras, César Fernández, residente en la céntrica calle de la capital carreñense, se muestra "satisfecho" con la obra proyectada, si bien tiene claro que el Ayuntamiento "no debe volver a poner un pavimento de adoquines. Por aquí pasan muchos coches y camiones, y un empedrado como el que hay ahora no lo aguanta. Espero que busquen una solución alternativa", expresa el candasín. Sobre el trastorno que puedan provocar las obras en el vecindario, Fernández le resta importancia. "No queda otra. Es inevitable. Lo importante es que, lo que hagan, lo hagan bien", agrega.

Precisamente, para provocar el menor impacto posible en los locales de Valdés Pumarino, el Ayuntamiento programó las obras para después del verano, tratando así de afectar lo menos posible a la actividad económica de la calle, especialmente a la hostelería. "Nos parece muy bien que hagan las obras en la calle, porque buena falta le hace. Hay muchas baldosas que están agrietadas y no puede estar así. Además, las fechas son las idóneas, ya que, si lo hubiesen hecho unos meses antes, nos hubiese afectado más, al tratarse de la temporada estival", argumenta Iulian Sandu, camarero en un establecimiento de Valdés Pumarino.

Por su parte, Isabel Coelho, también vecina de Candás, no ve "urgente" la consecución de estas obras en la céntrica calle candasina. "Hay más cosas de las que preocuparse que del pavimento en esta calle. Por ejemplo, podían preocuparse un poco de los pisos de protección oficial, que necesitan un lavado de cara", asegura la candasina, que no considera que la vía esté "muy mal". "Lo que sí deberían vigilar es la intersección con El Cueto. El suelo tiene unos adoquines mucho más grandes que en el resto del vial, y supone un peligro para los viandantes. Mi madre, por ejemplo, que lleva un taca-taca, tiene muchos problemas para caminar por ahí. Y como ella, muchos más", agrega.

"La intención es que las obras comiencen en torno a la tercera semana de octubre y que se prolonguen durante unas seis semanas", explicó el concejal de Urbanismo, Gabriel Rodríguez, quien también reconoció que las condiciones meteorológicas podrían "afectar a este plan". Sobre las preocupaciones de los vecinos, Rodríguez hace un llamamiento a la calma. "El día 20 mantuvimos una reunión con los residentes y comerciantes de la zona para explicarles lo que vamos a hacer. Nos hicieron llegar algunas propuestas, como tratar de evitar que el pavimento en las aceras resbale, y trabajaremos para que así sea", confirmó el edil.

Las obras de mejora en Valdés Pumarino entran dentro del plan de inversión financieramente sostenible de 2016, que se afronta con los remanentes del ejercicio pasado. El plazo de ejecución de los trabajos es de seis semanas, y el presupuesto de licitación, de 59.167,95 euros. Las reformas afectarán a 855 metros cuadrados.

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