Parece ser que hay bastante unanimidad a la hora de valorar positivamente la última edición de las fiestas del Cristo en Pravia. Cuando el verano empieza a presentar síntomas de fatiga y el otoño pide paso, la villa de los cuervos se llenó de gente para ver a dos de las orquestas que reinan en las fiestas de prau, aunque en este caso fuese asfalto. Pude ver fotos de la actuación nocturna y reflejaban una mar de cabezas pendientes de una fuente de luz y sonido verdaderamente impresionante. A mí me hizo especial ilusión la actividad relacionada con los Pokémon, real y no virtual en este caso, ya que siempre fui más de Pikachu y Psyduck que de la cabra de la Legión, aunque manifiesto mi simpatía por ella a título individual. El escepticismo inicial de algunos y algunas con la actividad Pokémon asociada a las fiestas del Cristo se superó con elegancia. Al final todo el mundo parece estar contento al aplicarse una fórmula sencilla y eficaz.