La comunidad de usuarios, familiares y trabajadores de la residencia Edad Dorada Mensajeros de la Paz de Noreña dedicó ayer un emotivo homenaje al que fuera alcalde de la Villa Condal Aurelio Quirós, fallecido en julio de 2015 y bajo cuyo mandato se edificó la residencia. Un homenaje al que acudió la familia del regidor, y que contó además con la presencia del fundador y presidente de la ONG Mensajeros de la Paz, el sacerdote Ángel García Rodríguez, más conocido como "Padre Ángel".

Como se esperaba, la asistencia al homenaje fue notable. Además de la comunidad vinculada a la residencia, asistieron vecinos a título individual y extrabajadores municipales, que desarrollaron la mayor parte de su carrera profesional durante el prolongado mandato, de un total de 25 años, de Aurelio Quirós. Tampoco faltaron su sucesor como alcalde de Noreña, César Movilla, ni la actual alcaldesa, Amparo Antuña, además del cronista oficial Miguel Ángel Fuente, que también ejerció de alcalde en el período de transición entre el mandato de Quirós y el de Movilla. Por parte del gobierno autonómico, participó en el homenaje la gerente de Establecimientos Residenciales de Asturias (ERA), Graciela Blanco.

El homenaje comenzó con una misa en el patio interno de la residencia, oficiada por el Padre Ángel y el párroco de Santa María de Noreña, Pedro Tardón. Durante el oficio religioso, el Padre Ángel dedicó palabras muy cariñosas a la memoria del exalcalde, y se mostró especialmente atento con la viuda y las hijas de Quirós.

"Los que le hemos conocido, y los que le habéis conocido más, sabemos que era una buena persona", afirmó el Padre Ángel, que insistió en que el cielo está reservado para aquellos que, en vida, fueron buenas personas. "Él se dejó querer, y nos quiso a nosotros", añadió el religioso.

Tras la misa, los asistentes se concentraron a las puertas de la residencia, donde el Padre Ángel y la viuda de Quirós, Vicentina Rodríguez, descubrieron la placa con la que Mensajeros de la Paz recuerda al exalcalde y le agradece su colaboración. Antes, no obstante, una trabajadora de la residencia Laura Maqueda, leyó un texto redactado por la plantilla en la que se recordaba con cariño como Quirós acudía siempre que le requerían y se mostraba afable con todos. "Sabemos que nos proteges desde muy alto, y aunque no estés con nosotros, nunca te olvidaremos", afirmó.