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Los jabalíes campan por los porreos de la ría y desesperan a los agricultores

"Nunca hubo un estropicio así; que los maten", clama el maliayés César Sariego después de que los animales arrasaran sus dos hectáreas de maíz

César Sariego, ayer, tratando de cosechar y aprovechar algo del maíz que arrasó el jabalí. MARIOLA MENÉNDEZ

Los jabalíes han hecho de la ría de Villaviciosa su refugio. Al tratarse de una Reserva Parcial Natural está prohibida la actividad cinegética, por lo que los suidos campan a sus anchas por los porreos (terreno ganado a la mar) sin que nadie les inoportune y haciendo de las suyas en las tierras cosechadas, sobre todo, de maíz.

Bien lo sabe el agricultor y ganadero César Sariego, que acaba de sufrir los daños que estos animales han provocado en la finca que siembra de este cereal en el porréu de Sebrayu. Los cerdos salvajes destrozaron la plantación, de unas 2 hectáreas, y poco podrá aprovechar como forraje para el ganado. Quedaban como unos diez días para cosecharlo, pero el jabalí se adelantó y arrasó con todo. Les gusta la panoya (mazorca) y sobre todo, cuando aún no está del todo dura, explica Sariego.

Este maliayés reconoce que casi todos los años sufren daños provocados por el jabalí, pero "como esta vez, nunca". Insiste en que "un estropicio así no lo hubo nunca, nunca". Explica que estos animales se ocultan en los porreos y, de hecho, se pueden observan numerosos pasos en la finca por los que "entran a diario" y por cualquier lado hay huellas que delatan su habitual presencia en la zona. Lo malo es que han hecho de los porreos su casa y que "de nada sirve el pastor eléctrico", pues han aprendido a sortearlo, visto que "ni quiera lo tocan". "Un día revisando el alambre había uno y fue a dar conmigo. Cuando me vio, echó a correr maizal a dentro... Y puede que hubiera más", cuenta César Sariego. Campan a sus anchas a cualquier hora, a pesar de tener hábitos más bien nocturnos, pues eran las cuatro de la tarde.

Así que Sariego, al igual que muchos de los afectados, pide "que los maten porque están siendo ya una plaga". El presidente de la sociedad de cazadores Carrión, Fernando Elías, apunta que han solicitado al Principado poder realizar "porreos". Es decir, entrar en los porreos con los perros de caza para ahuyentar a los jabalíes y luego poder abatirlos fuera de la zona de seguridad. Pero Elías destaca que el riesgo está en que los animales puedan causar un accidente al salir a la carretera. Sostiene que sería más seguro que les permitieran realizar una cacería dentro.

Los agricultores están desesperados porque aunque el Principado les compense los daños, las ayudas llegan con demora. "Tardan y, mientras, tienes que solucionar los problemas", lamenta Sariego, que compra maíz para el ganado.

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