La plaza cubierta de la Pola acogió ayer la primera jornada del encuentro Entremayores de Siero, cuyo acto principal fue el homenaje a los mayores de cien años. En esta ocasión, había cuatro homenajeadas, pero solo una de ellas asistió al acto: Esther López García. Las otras tres eran Josefa Rodríguez, Eusenda Portal y Joaquina Olay, que por distintas razones no pudieron acudir.

Esther López acudió al acto con una sonrisa permanente y con una energía que llamó la atención. Nacida en Nueva de Llanes en 1916 y bautizada como Esther Rosario, cuando contaba algo menos de treinta años se fue a vivir a México, donde su segundo nombre se perdió para siempre, y regresó a Asturias hace tan solo tres, para quedarse a vivir en casa de su sobrina Marisol Ardisana López, en Lugones.

Una prueba de su energía fue que viajó sola desde México hasta el aeropuerto de Barajas, donde la recogió su familia lugonense. Después de tantos años en México, concretamente en la ciudad de Puebla, que como ella misma describió "es muy bonita pero muy peligrosa", la vuelta a Asturias se le hizo algo extraña. "Aunque vine algunas veces, solo eran temporadas, y ahora es muy diferente de como lo esperaba", asegura.

Seguidora acérrima del Real Madrid, equipo que ya seguía con atención desde México, dice que su secreto para durar tantos años y en tan buenas condiciones ha sido "llevar una buena vida", lo que puede resumirse en "comer sano, siempre fui muy melindrosa para comer, como con poca grasa" y en "hacer ejercicio". Lo suyo ha sido siempre caminar. Ahora sale a caminar una hora por la mañana y otra por la tarde.

La homenajeada recibió una placa y un ramo de flores en un acto lleno de emotividad al que asistieron el alcalde de Siero, Ángel García; la consejera de Servicios y Derechos Sociales, Pilar Varela, y la edil de Bienestar Social, Natividad Álvarez.