En Nava preocupa, y mucho, el futuro de los palacios de La Ferrería y de La Cogolla. Principalmente se teme por este último, más deteriorado, sobre todo desde que sufrió recientemente un incendio. El Círculo de Amigos de Nava lleva trabajando más de un año con los responsables municipales y los propietarios del edificio para elaborar un proyecto a medio y largo plazo en el que se implique a todos los interesados, explica su presidente, Alejandro Calleja. No obstante, insiste en que es necesario "dar un primer paso" y actuar de forma urgente "para evitar el derrumbe", pues con el desplome de la techumbre el peligro es casi inminente.
En La Ferrería, Calleja destaca que se precisa "una intervención preventiva", pues aunque está en buen estado, es importante evitar su deterioro. El Círculo se erige como altavoz de la preocupación de los navetos.
Pero, ¿por qué son tan importantes estos dos palacios y los vecinos los sienten como señas de su identidad? El cronista oficial, Leocadio Redondo, lo explica: "son de importancia capital porque sin ellos no puedes explicar la historia de Nava". Agrega que "para Nava y los navetos son dos heridas abiertas. Por una parte, son una propiedad privada, y por otra, forman parte de la historia de Asturias y de Nava. La administración debería conjugar ambos intereses". A lo que Alejandro Calleja agrega que ellos están "intentando encontrar una solución realista". Defiende que ambos edificios son "parte de nuestra identidad. Es lo que nos queda del patrimonio medieval". Coinciden en que sienten la responsabilidad moral de legar a las generaciones venideras lo que heredaron de las pasadas. El palacio de La Ferrería es el más antiguo. Su torre data del siglo X, aunque hay historiadores que lo cuestionan y la fechan en el XIV, de cuando se cree que es la construcción actual. Los Álvarez de las Asturias fundan casa en La Ferrería y convento bajo la regla de San Benito, que da lugar al coto abacial de San Bartolomé de Nava, explican Calleja y Redondo.
Fue con Rodrigo Álvarez de las Asturias con quien alcanzó su máximo apogeo la casa de los señores de Nava al haber sido prócer y mano derecha de varios reyes. Dos siglos más tarde, en el XVI, Domingo Rodrigo Álvarez de las Asturias instituyó un nuevo mayorazgo para los hijos de su segundo matrimonio con María Argüelles de Quiñones y edificó el palacio de La Cogolla. El linaje de La Ferrería llega hoy hasta la don Quintín Pimentel Arévalo (VIII conde de Nava) y el de La Cogolla, hasta la familia Uría.
En Nava presumen de que doña Jimena o Ximena Díaz de Asturias, esposa de Rodrigo Díaz de Vivar "El Cid" nació y vivió en La Ferrería. Pero no está confirmado que así fuera porque se produce un baile en las fechas, ya que la construcción del palacio actual es posterior.
Lo que sí es cierto es que doña Jimena perteneció a la familia de los Álvarez de Asturias. Su abuelo, Rodrigo Alonso , fue el primero que se llamó "de Asturias".
