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Patronato Deportivo: el déficit sin fin de Siero

El organismo autónomo ingresa tres millones menos de lo que gasta cada año, en una dinámica de difícil solución

Si cogemos un mapa de Siero y trazamos un triángulo isósceles con sus ángulos fijados en la Pola, El Berrón y Carbayín Alto, estaremos marcando un singular "triángulo de las Bermudas" de las infraestructuras deportivas. Dejando a un lado las boleras y los campos de fútbol, se pueden localizar hasta ocho infraestructuras deportivas en esa zona, todas fruto de importantes inversiones y gestionadas por el Patronato Deportivo Municipal (PDM). Contemos: polideportivo de la Pola, nuevo polideportivo de la Pola, piscinas de la Pola, polideportivo de Los Campones, centro deportivo de Leceñes, pista deportiva (con gimnasio en ciernes) de Valdesoto, gimnasio con tatami de Carbayín Bajo, polideportivo de Carbayín Alto. Una nómina a la que podría unirse en un futuro la piscina de El Berrón.

A este fenómeno, la proliferación de equipamientos dentro de un territorio diverso pero muy reducido, se le denomina "dispersión concentrada". Un fenómeno que en Siero alcanza niveles preocupantes, y que explica en gran medida el déficit del PDM, que gestiona una veintena de equipamientos en el concejo (sin contar boleras ni campos de fútbol) y que en el presente ejercicio ha superado la barrera de los tres millones de euros. Una cifra que se antoja muy difícil de rebajar.

En números redondos, el presupuesto del Patronato asciende a 4,6 millones de euros. De esa cantidad, el PDM ingresa en torno a 1,6 millones, principalmente por las cuotas que pagan sus 8.715 usuarios. El resto tiene que salir de las arcas públicas. De ahí salen esos tres millones de déficit, una cifra que se ha disparado en casi 850.000 euros el último año.

Este incremento del déficit se debe a dos circunstancias. La primera, el aumento de los gastos, lo que se explica por la subida de algunas tarifas (como la luz) y el creciente número de infraestructuras que debe manejar el PDM. El segundo, el descenso del número de usuarios, consecuencia directa de la gestión política y, en concreto, de la frustrada "bonificación" a los sierenses, que motivó primero que se borrasen muchos usuarios de fuera del concejo y después, cuando los tribunales tumbaron la medida y obligaron a igualar las tarifas, que también lo dejasen muchos sierenses por el incremento de la cuota.

El problema es que, más allá de captar más usuarios, el PDM tiene poco margen de maniobra. El 70% del presupuesto se va en sueldos de la plantilla, una partida que para el actual gobierno local es "intocable". El resto, se destina a gastos varios, llevándose la parte del león los gastos de electricidad y limpieza. Esto es: dos aspectos ligados directamente al gran volumen de equipamientos, quizás excesivo. Pero esta es una cuestión que los grupos políticos, los mismos que las impulsaron bajo la premisa de su "necesidad" o de la demanda vecinal, no se atreven a encarar.

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