La caída de varios árboles sobre la calzada de la calle del Calvario de Noreña a primera hora de la noche del sábado provocó el corte parcial del tráfico en la vía que conecta la Villa Condal con La Belga, justo a la altura del cementerio, aunque no hubo que lamentar ningún tipo de daño personal ni material de relevancia.

Nada más recibir el aviso, se trasladaron hasta el lugar el concejal de Obras, Pelayo Suárez, así como la alcaldesa de Noreña, la independiente Amparo Antuña, y el jefe de la Policía Local. Con el objetivo de recuperar la normalidad en el tráfico lo antes posible, el propio concejal de Obras y el agente colaboraron con la retirada de los troncos, ayudados por una motosierra.

Según indican las primeras valoraciones, la caída de los árboles sobre la calzada pudo deberse al efecto de la sequía en la zona. La falta de humedad habría provocado que las raíces de los árboles fuesen perdiendo agarre en el suelo y ello, unido a las fuertes precipitaciones caídas desde que comenzó el fin de semana y el propio peso de los troncos y las ramas, provocó que se desplomaran cayendo ladera abajo hasta ir a parar a la propia carretera.

Si bien la intervención municipal permitió devolver la normalidad a la circulación de manera provisional, durante la jornada de ayer podían todavía verse multitud de troncos tirados en la ladera situada frente al cementerio con serias amenazas de precipitarse. Una situación que llevó al propio Ayuntamiento a colocar señales para advertir del potencial peligro.

No obstante, y para evitar más problemas, se dio aviso del suceso a Carreteras, con la única intención de que tomase cartas en el asunto, pues cabe señalar que esta carretera, conocida como la calle del Calvario es también la SI-4, una vía de titularidad autonómica cuyo mantenimiento corresponde a la administración regional.

Un episodio aislado, que, de todos modos, sirve como aviso ante nuevas incidencias provocadas por los primeros temporales de un otoño que hasta la fecha se había caracterizado por el buen tiempo. Un hecho sin consecuencias que, aun así, recuerda la necesidad de revisar el mantenimiento de las vías públicas de cara a la época invernal.