Fernando Laborda, catedrático de Microbiología de la Universidad de Alcalá de Henares y farmacéutico, hizo ayer un llamamiento en Noreña a descubrir la faceta positiva de los microbios con motivo del acto de entrega de los XXIX Premios "Villa y Condado de Noreña" que otorga la Orden del Sabadiego y que este año recayeron en Laborda y en la industria Embutidos El Hórreo.

Laborda dividió su intervención en la Casa de Cultura en dos partes principales. En la primera recordó que los microbios "son nuestros amigos y benefactores, aunque se suelen relacionar, por error, con enfermedades" y puso como ejemplo, para tumbar esta tendencia, los avances conseguidos gracias a ellos, como la producción a gran escala y con bajo coste de la insulina. En la segunda, aprovechó para señalar que, a pesar de haber partido de muy joven de Noreña y de que vuelve sólo en períodos vacacionales, todavía hay aspectos que le evocan a diario su infancia en la villa. "El olor a famacia siempre me recuerda al negocio familiar en el que pasé tantos momentos", dijo, para luego enumerar otros olores locales, como el de la librería, la zapatería y la tienda de chucherías que frecuentaba en la villa.

Previamente, José Severino Monte, de Embutidos El Hórreo, intervino en representación de sus hermanos Joaquín y Carmen, esta última encargada de recoger la estatua de bronce con la que se premia a los galardonados. Monte se mostró muy emocionado en los continuos recuerdos a sus antepasados y familiares. No faltaron menciones al abuelo Severino, fundador de la industria más antigua de Asturias, como indicó el periodista Miguel Llano, encargado de glosar la figura del premiado como anteriormente hiciera el traumatólogo Alejandro Braña Vigil con Laborda.

Por su parte, el presidente de la Orden del Sabadiego, Luismi Suárez, destacó a los premiados como "dos grandes referentes investigadores", y la alcaldesa de Noreña, Amparo Antuña, declaró sentirse orgullosa de que los premiados "lleven consigo el nombre de Noreña".