El naveto José Enrique Díaz Mayor se ha encontrado una casa de su propiedad que alquiló meses atrás sucia, trasteada y destrozada en algunas de las habitaciones. Se considera víctima de un sistema que impide a los propietarios tener un control sobre sus inmuebles una vez que los han puesto en alquiler.
Hace algo menos de un año y medio, después de arreglar toda la casa y dejarla en muy buen estado, se la alquiló a una pareja con toda la buena voluntad, pero el negocio le salió mal: "La dejaron hecha un desastre". Había gastado 20.000 euros en la reforma y ahora tendrá que hacer un nuevo desembolso. Los inquilinos no le pagaban un alquiler del que deben todavía muchas mensualidades, y cuando consiguió que se fueran, al entrar en casa se encontró con la "sorpresa".
Una de las razones de que estuviera así fue que dentro vivían, además de la pareja, nada menos que once perros, a los que se les dejaba campar a sus anchas. Destrozaron colchones, dejaron varias alas de la casa llenas de excrementos y hasta provocaron el hundimiento del techo de una de las habitaciones a causa de las humedades que provocaban por sus deposiciones.
"Es una injusticia que me hagan esto, y para encima debiéndome dinero; porque yo no puedo dejar así la casa, tengo que arreglarla para poder ponerla otra vez en alquiler", concluye desesperado.
