La mujer que fuera inquilina de José Enrique Díaz Mayor, el naveto que aseguró en LA NUEVA ESPAÑA que le "destrozaron" la casa durante el alquiler, ha explicado que la versión del propietario no se corresponde con la realidad. Por ejemplo, uno de los mayores destrozos que denunciaba el hombre es el hundimiento del techo de una de las habitaciones. "Él dijo que era por las humedades provocadas por los perros, pero eso es totalmente falso: la realidad es que hay goteras en el techo desde hace muchos meses; el verano pasado yo se lo comuniqué y, a pesar de todo, no lo arregló, y el agua fue entrando y entrando hasta que llegó un momento en el que no pude encender la luz, porque tenía miedo de provocar un cortocircuito; durante mucho tiempo me iluminé con lámparas", dice la mujer.

El propietario explicó que once perros campaban a sus anchas por la casa. Eso tampoco es cierto, según la inquilina: "Los perros estaban en un almacén y en el prado, nunca entraban a la casa". Pero lo más llamativo, asegura la inquilina, es que ésta no sólo no destrozó la casa sino que contribuyó a arreglarla aunque no le correspondía: "Mi padre le arreglo el suelo del almacén, que estaba medio podrido, y también le cambió varias ventanas". Por último, sostiene, contra lo que asegura el propietario, que estaba al corriente de pago de todas las mensualidades. Incluso en los últimos cinco meses que la tenía alquilada, aunque que ya no vivía allí. Solo tenía los perros en el almacén. La inquilina, que ha preferido no dar su nombre (el dueño de la casa tampoco lo desveló), no comprende "la razón de que haya faltado a la verdad de esa manera".