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Un concejo dormitorio, vacío en festivo

La población se mantiene gracias a la llegada de nuevos vecinos que eligen Llanera por su céntrica ubicación, aunque echan en falta "ocio y cultura"

Un concejo dormitorio, vacío en festivo

Buenas comunicaciones, servicios, cercanía a las tres grandes ciudades del Principado, precio del metro cuadrado en viviendas competitivo, tranquilidad... Estos son sólo algunos de los motivos por los que cada vez son más las familias que eligen Llanera como lugar para asentarse, manteniendo al concejo al margen de la "sangría" demográfica que vive la región, si bien el hecho de convertirse en una "ciudad dormitorio" también tiene sus "contras".

Las dimensiones del municipio hacen que sea imposible competir con la oferta cultural y de ocio de Oviedo, Gijón y Avilés, y que sean mayoría los que, "en busca de ambiente", organicen sus planes de fin de semana lejos de Llanera. Este es el caso de la familia Pravia-González. Naturales de Avilés, llevan algo más de un año residiendo en Llanera, donde afirman estar "muy contentos". "No hay ningún sitio en Asturias mejor ubicado. Tenemos Oviedo a cinco minutos, Gijón, a 15, y Avilés, a otros tantos. Trabajo en San Juan de Nieva (Castrillón) y no tardo nada en llegar al trabajo. No lo cambio por nada", asegura Sergio Pravia sobre su cambio de residencia, motivado para "disponer del piso de un familiar casi gratis".

Aunque destaca las bondades de Llanera por encima de todo, a Pravia el concejo se le queda pequeño los fines de semana, cuando encuentra carencias en lo que se refiere a actividades y servicios. "Faltan, sobre todo, sidrerías. Si quieres tomar algo te tienes que desplazar. Pero, bueno, al estar cerca de todo no supone un gran problema", afirma con humor el nuevo llanerense.

Esta visión no se escapa a los de Llanera "de toda la vida". Patricia Méndez, quien regenta una escuela de danza y un establecimiento hostelero en Posada, también percibe la falta de gente los fines de semana, aunque en este caso desde el punto de vista del empresario. "Los sábados y domingos se queda vacío. En el bar intentamos hacer propuestas singulares e innovadoras para tratar de atraer público, pero es muy complicado. Está todo desierto", afirma la llanerense, que tiene entre sus planes hacer el camino a la inversa y abandonar el concejo, incluso la región, "en busca de sol y una sociedad más abierta".

Según los últimos datos oficiales del padrón, de 2016, el número de habitantes del concejo disminuyó un 0,04 por ciento, una tónica que se repite desde 2012, pero que, aún así, está muy lejos de acercarse a la dinámica del Principado, con un caída del 0,82 por ciento en 2016. Pese a ello, el informe cifra el número de vecinos de Llanera en 13.846, una cifra muy superior a la de los años 60 o 70 del pasado siglo, donde este número rondaba los 10.000. Además, la parroquia de Pruvia, en Llanera, es una de las nueve parroquias de Asturias donde hay más jóvenes que ancianos, al contar 74 mayores de 64 años por cada 100 chicos menores de 15.

Miguel Ángel Peinado, natural de Granada aunque instalado en Asturias desde hace más de un lustro, es parte culpable de esta progresión demográfica. Actualmente reside en una casa a las afueras de la capital del concejo, a la que llegó "porque el precio de la parcela en Llanera y construir una vivienda era bastante más económico que en Oviedo". Ahora, completamente "asentado" y "contento" en Llanera, este físico del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) presume de poder ir al trabajo "en menos tiempo que una persona que viva, por ejemplo, en El Cristo".

Aunque todos coinciden en que ser una "ciudad dormitorio" es beneficioso para el concejo, aún quedan nostálgicos que preferían tiempos pasados. "Se nota que vino mucha gente de fuera, sobre todo de Oviedo. Lo percibes en que ahora ya no conoces a nadie, ni a los vecinos", lamenta Francisco García, natural de San Cucao, quien no tiene dudas de que este fenómenos deriva de la ventajosa "situación geográfica de Llanera".

Con menos temor al cambio, Adrián Sarmiento resta importancia al hecho de que lleguen foráneos, un precio que considera justo pagar "si se quiere crecer". "No hay que tener miedo a perder identidad de llanerenses ni nada, es algo normal cuando atraes gente", destaca el joven, natural del concejo.

Sobre la falta de actividades y servicios, Sarmiento considera que "sí se puede salir a tomar algo o a cenar", si bien entiende que sean muchos los que prefieren "desplazarse" en busca de ambiente. "Es cierto que mucha gente busca otras opciones antes que Llanera para alternar porque buscan que haya gente", enfatiza.

Aunque los que quieren movimiento se desplazan, los que buscan tranquilidad, la encuentran. Es el caso de Lucía Macho. Esta palentina, asturiana de adopción, se desplazó a Llanera para residir "cerca de mis hijas" después de enviudar. Asegura encontrarse "muy a gusto" en el concejo, en el que no echa en falta ningún servicio, pese a haber residido en Gijón y en Oviedo, los dos grandes núcleos urbanos del Principado. "Es un sitio en el que es muy fácil encontrarse, en el que hay de todo, pero a la vez puedes estar tranquilo", asegura una de las muchas "nuevas llanerenses".

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