El poleso Aurelio Antidio Cuesta Martino, "Lelo", ha sido siempre conocido por sus sifones, pero también por sus fidelidades. Una de ellas, la de asistir cada domingo, sin falta, al mercado de Grado, y los vecinos del municipio se lo han agradecido. Lelo acudió a la villa moscona todos los domingos nada menos que a lo largo de 52 años, en los que solo faltó cuatro días: "el día que murió mi madre, el que murió mi suegra y otros dos cuando me casé", relató. Durante veinte años, además, había ido a la villa también los miércoles. Lelo acudió durante décadas como transportista, por motivos profesionales, pero después de retirarse había conservado el apego y siguió yendo domingo a domingo al mercado, donde se llegó a convertir en una institución.

En abril de 2014, un día antes de cumplir los 82 años, visitó por última vez el mercado para despedirse porque ya había decidido que sería el último. El pueblo de Grado le ha agradecido tanta fidelidad y dedicación con un homenaje en el consistorio, presidido por el alcalde, José Luis Trabanco, en el que se le hizo entrega de una placa conmemorativa.

Lelo se mostró muy agradecido y recordó lo mucho que había vivido a lo largo de tanto tiempo visitando la villa de Grado. "Fuimos los pioneros en aquel mercado, ayudamos a mantenerlo", dijo, y aseguró que "todo es muy distinto de antes; en su día, yo solo compraba más lechugas de las que se venden ahora en todo el mercado, las traía en sacos".

Además, asegura que los productos que se venden hoy son muy distintos. "Ahora es muy difícil encontrar productos de casa, la mayoría vienen de las tiendas".

Y, como no podía ser de otra manera, el homenajeado se comprometió a hacerle llegar al Alcalde de Grado uno de sus sifones. Fue un acto sencillo en el que Lelo Cuesta estuvo arropado por su mujer, sus hijos y sus nietos.