La Sociedad de Festejos San Martín de La Carrera quiere aunar esfuerzos para que sus fiestas patronales, que tienen lugar en el mes de julio, luzcan con el mismo esplendor que antaño. Para ello, la nueva directiva encabezada por Javier Menéndez y que tomó las riendas en abril de 2016 pretende recuperar mediante una campaña de sensibilización buena parte de los socios perdidos tras varios años de declive y apatía.
Menéndez dice contar con el aval del éxito de las fiestas del pasado año para tomarse la licencia de pedir un mayor compromiso de un vecindario que tradicionalmente estaba muy involucrado con la celebración. "No paran de llegarnos felicitaciones y buscamos que estas se traduzcan en una mayor base social", explica un Menéndez que ya prepara sorpresas para las fiestas de este año. "Estamos negociando una atracción", indica sobre unos festejos que mantendrán un programa de casi una semana como ya ocurriera en la última edición.
La cifra actual de algo menos de 700 socios es considerada insuficiente para un colectivo que cree que lo ideal sería superar el millar o recuperar los niveles de hace no muchos años. "Tenemos listados antiguos en los que figuraban casi 1.200 socios", comenta el presidente de la sociedad que, de momento, vería positivo superar la cifra psicológica de los mil socios.
Entre las medidas planeadas para lograr una mayor implicación está la de anunciarse por todos los portales de los bloques de viviendas de El Berrón. "No tenemos capacidad para hacer un puerta a puerta, pero sí para anunciarnos en las principales concentraciones vecinales", dice un Menéndez que prevé iniciar la campaña en marzo.
De todos modos, recuerda que las puertas para formalizar alta están abiertas de par en par. Para ello, los interesados sólo tienen que acudir a la sede de la sociedad, en el hotel de asociaciones de El Berrón, los martes, entre las seis y las ocho de la tarde, y los directivos, que estas fechas se encuentran pagando los premios de la lotería de Navidad, se encargarán del resto.
Una dedicación extra de los directivos que esperan que su esfuerzo por "revitalizar" los festejos locales no caiga en saco roto y en el medio plazo se consiga hacer unas fiestas que, como ocurrió años atrás, sean la envidia de otras muchas celebraciones de localidades con más habitantes.
