"Estamos aquí porque es algo que toca a todos muy cerca y hay que colaborar". Con ese espíritu asistió ayer Jesús López a la chocolatada solidaria que reunió a 160 personas en los salones del Hotel Cabeza de Noreña con el objetivo, sobradamente conseguido, de pasar una tarde divertida y, al mismo tiempo ayudar a combatir dicha enfermedad en todas sus versiones.

Cada participante aportó dos euros de donativo por taza de chocolate, a lo que hubo que añadir la denominada "taza cero", una iniciativa mediante la que los vecinos que no pudieron asistir a la cita realizaron su donativo para la causa. "Hubo más de 14 personas que dijeron que no podían venir, pero tampoco dejar de colaborar", explicó la concejal de Cultura, Pilar Cuesta, que fue una de las encargadas de organizar el evento con el que se recaudaron unos 500 euros, a falta de la contabilidad final.

La idea surgió como una manera de movilizar a los noreñenses contra el cáncer de una manera que garantizase la participación. "Pensamos en hacer charlas, pero creímos que esta era una manera más divertida, sobre todo para los posibles afectados pudieran pasar una buena tarde", sostiene la concejal que contó para ello con la implicación total de la Asociación Española Contra el Cáncer.

Voluntarios del propio colectivo aprovecharon la ocasión para establecer un puesto en el que se ofertaron diversos productos elaborados por numerosos pacientes en los talleres organizados en la sede del colectivo en Oviedo. "Son sesiones gratuitas en las que se liberan y contribuyen a combatir la enfermedad", señalo la voluntaria Soco Alonso, que junto a sus compañeras Conchi Vega, Loli Martínez y Aida Carenas atendieron todas las dudas planteadas por los participantes acerca de la actividad que desarrolla la asociación.

Una asociación que, por otra parte, está barajando la posibilidad de impartir talleres en la Villa Condal ante el interés de varias personas en coordinar una iniciativa con la que esperan participar más de lleno en la recaudación de fondos para la causa y en el trato cercano a los pacientes. "De momento estamos estudiando cómo hacerlo", indicó la voluntaria Aida Carenas, mientras que la propia Pilar Cuesta no descarta ponerlos en marcha a finales de este año.