La Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) ha admitido a estudio la denuncia de Faustino Álvarez Álvarez, vecino de Linares (Proaza), contra el Ayuntamiento del concejo para que ejecute la resolución de la Junta de Gobierno Local que declaró ilegal un cebadero en la citada localidad, en una finca contigua a la del demandante, que exige su demolición. "Inexplicablemente sigue en su mayor parte en pie", afirma Álvarez.

En junio de 2014 el Ayuntamiento ordenó el cese de la actividad en el cebadero. Meses después, en diciembre, sigue operativo y vuelven a exigir su clausura. Además, la Junta de Gobierno manda su demolición en base a unos informes técnicos. En diciembre de 2015, el Consistorio otorgó un plazo de dos meses para la ejecución de la resolución que obligaba a la demolición, pero en medio de este proceso los propietarios del inmueble solicitaron vía registro una prórroga hasta el 30 de mayo de 2016 para cambiar el uso de la construcción dentro de la normativa urbanística.

Según Álvarez, el cebadero sigue en pie y por eso acude a la Fiscalía, para que "mantenga la presión ante las irregularidades del caso". Sin embargo, el Alcalde de Proaza, Ramón Fernández (PSOE), afirma que la resolución que emitió la Junta de Gobierno Local ya ha sido cumplida por los propietarios del cebadero, quienes demolieron en parte la construcción y cesaron la actividad. "No se puede tirar todo, tiraron lo que estaba irregular pero no podemos exigir que tiren abajo todo el cebadero porque está construido en una cuadra muy antigua", señala.

Según Álvarez, la construcción se realizó sin las preceptivas licencias municipales y, además, según los distintos informes, no es susceptible de ser legalizado. Un punto que confirma el regidor proacín: "¿Por qué no lo denunció cuando estaban haciendo la obra si sabía que no tenía licencia?", cuestiona el Alcalde.

Álvarez asegura sentirse indefenso y considera irregular la actuación del Ayuntamiento al entender que, a pesar de los incumplimientos de la norma urbanística y de cuántos requerimientos le fueron realizados a los propietarios nunca fueron sancionados. El vecino de Linares confía que la Fiscalía derribe el cebadero.