El misterio sobre los daños producidos en el pórtico de la iglesia de Anes la noche del lunes quedó ayer resuelto. Un hombre, vecino de la parroquia, acudió por la mañana al cuartel de la Guardia Civil de Noreña para admitir que fue él quien se estrelló con su coche contra el templo, según explicó, por esquivar una piara de jabalíes.

Fueron los vecinos los que dieron la voz de alarma en torno a las ocho y media de la tarde. Unos vecinos escucharon unos ruidos y pensaron que alguien estaría tirando escombros en una zona cercana. Luego vieron un todoterreno oscuro irse y posteriormente se encontraron con que buena parte del muro del pórtico de la iglesia había sido destruido.

A primera hora de la mañana de ayer, agentes de la Guardia Civil se presentaron en el lugar y corroboraron que los daños habían sido causados por un vehículo todoterreno del modelo Ranger Rover. Una conclusión a la que llegaron tras encontrar un limpiaparabrisas, parte de un foco y otra pieza correspondientes a dicho modelo.

Comenzó a correrse la voz en el pueblo de que alguien se había estrellado contra la iglesia de San Martín y se había dado a la fuga, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, y a lo largo de la mañana un vecino se acercó a confesar. "Dijo que al esquivar una piara de jabalíes se fue contra la iglesia y no pudo hacer nada", explicó el párroco Pedro Tardón tras comunicarle la Guardia Civil las novedades sobre la identidad del conductor.

Ambas partes se pusieron en contacto en busca de un acuerdo para subsanar el daño ocasionado, que de momento obligó a la parroquia a tomar medidas como reforzar la seguridad del pórtico con la colocación de varios puntales. Actuación que ayer mismo realizó el trabajador local Daniel Nicieza. "Existe riesgo de que el techo pueda ceder, así que decidimos tomar precauciones", declaró Tardón, que ayer se resignaba al deber de acometer una obra para que la iglesia recupere su situación anterior.

"Procederemos a retirar la portilla y reconstruir el muro, aunque no descartamos hacer algún cambio en la distribución que teníamos en mente para mejorar la accesibilidad", anunció el sacerdote encargado también de las parroquias vecinas de Noreña y Argüelles.

Un extraño suceso que parece esclarecerse, pero que supone un nuevo sobresalto para esta tranquila parroquia que el pasado octubre ya se vio alterada por la acción de los amigos de lo ajeno.

En aquella ocasión los ladrones entraron en el templo y se llevaron ropa antigua de los curas y poco más, si bien para ello provocaron importantes daños que desembocaron en arreglos y gestiones que se alargaron hasta el reciente mes de enero.