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El robo de la alcantarilla pone en jaque a los hosteleros de Lugo

"No sabemos qué hacer", lamentan los empresarios tras varios asaltos: el "alcantarillazo" se hace en dos minutos

Robo en un local de Llanera

Robo en un local de Llanera

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Robo en un local de Llanera Lugo de Llanera, A. DE LA FUENTE

"Esto se ha convertido en una ciudad sin ley". Los hosteleros de Lugo de Llanera no pueden más. Los incesantes robos en el sector amedrentan a los empresarios, que ya no saben qué tipo de medidas disuasorias instalar en sus locales, para tratar de librarse de "la lotería de los robos". Ni cámaras de videovigilancia, ni verjas en las puertas frenan a los cacos, que acceden a los establecimientos a través del método del "alcantarillazo", todo un arte que permite a los amigos de lo ajeno "limpiar" los comercios en no más de dos minutos.

"Creo que nos va a tocar de nuevo. Últimamente han atracado los bares del entorno, y seguro que van a volver a pasar por aquí". S. M. R. -prefiere ocultar su identidad bajo las siglas- es una hostelera de Lugo de Llanera. Desde que abriera su local en el parque Ovidio Libardón, "hace año y medio", ya ha sufrido siete robos. "Estás intranquilo todo el rato. Cuando cerramos, me quedo junto a la ventana hasta altas horas de la madrugada, por si veo que alguien se acerca con actitud sospechosa", asegura la hostelera, que reside a escasos metros de su negocio, la cervecería Rincón de Lugo.

Tras los numerosos asaltos sufridos, S. M. R. instaló diferentes medidas disuasorias en el establecimiento: verjas exteriores y cámaras de seguridad. "Ninguna de ellas fue suficiente. La verja la cortan como quieren, y cuando realizan el atraco vienen con la cara cubierta. No se les reconoce", afirma. Ahora, ha decidido dar un paso más: "Estamos pendientes de que nos coloquen unos barrotes fijos en las cristaleras. Esperamos que eso sea suficiente".

A escasos 50 metros, en la calle San Isidro, se encuentra la cafetería Crisol. Una clásico de Lugo de Llanera que, por supuesto, no se ha librado de los robos. El último lo sufrieron el 26 de diciembre. "Tenemos cámaras de seguridad, alarma y un dispositivo que enciende todas las luces en situaciones de emergencia. Pero aún así no nos libramos", asegura el propietario del establecimiento, José María Rodríguez.

En ese último asalto, las cámaras de Rodríguez recogieron el modus operandi de los cacos. En las imágenes se puede ver cómo dos individuos se acercan a la cristalera con la tapa de una alcantarilla. Con el pesado hierro logran romper una luna del establecimiento, por la que acceden. Una vez dentro dan un par de golpes secos con un objeto en cuña a la máquina tragaperras, de la que sacan la recaudación en billetes y monedas. Todo ello en menos de dos minutos: rápido y efectivo. "Esta práctica se ha popularizado en los últimos años por su sencillez. Son numerosos los rateros que la utilizan", aseguran fuentes policiales sobre el robo de la alcantarilla.

Tras el atraco, Rodríguez tomó la decisión de instalar una valla de seguridad en la zona de los baños de su establecimiento, en la que resguarda, a diario, la máquina de tabaco y la tragaperras. "El hecho de tener que salvar otro obstáculo dentro del local puede que les amedrente", augura el empresario.

El último en sufrir en sus carnes el robo de la alcantarilla fue la cafetería Minuto, en la avenida Pando. El lunes los asaltantes utilizaron el mismo modus operandi que en el resto de establecimientos para desvalijar la tragaperras. "Los asaltos ya forman parte del negocio, sabemos que nos toca, mínimo, uno por año", lamenta el hostelero.

Para tratar de frenar esta "sangría", los empresarios urgen dos líneas de acción: "Mayor presencia policial y la instalación de cámaras de seguridad. Sabemos que es casi imposible evitarlos, pero al menos que tengan motivos para pensarse dos veces atracar en Lugo".

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