"Fue mala suerte. Si no llega a estar ahí el palo de la luz, se hubiese roto una pierna o tendría otras lesiones", se lamentaba, ayer, Nicanor Fernández, padre de Claudio Fernández, el motorista fallecido en el Alto Balbín, en la carretera que une Luanco y Bañugues (Gozón), el pasado lunes. Esa frase la pronunció ayer a la puerta de la sala 1 del tanatorio gozoniego de Santolaya de Nembro, donde acudieron cientos de vecinos y amigos a apoyar a la familia en estos duros momentos. "Si no llega a chocar contra el poste, hubiese caído al prao y no habría pasado nada, como mucho se habría roto una costilla o una pierna, pero nada más", dijeron otros allegados que conversaban a la puerta del tanatorio gozoniego.

Los amigos seguían sin dar crédito a los hechos. Es más, algunos telefonearon anteayer a la Guardia Civil para confirmar que el fallecido era su amigo. "No me lo creía", indica el hostelero luanquín Eduardo García, quien indicó, además, que uno de los planes que tenía Claudio Fernández para la próxima temporada estival era realizar una ruta en moto por los Alpes. "Tenía muchas ganas de ir con la moto este verano, todavía me lo dijo el otro día cuando pasó por el bar. Si era un tío muy prudente con la moto...", se lamentó el hostelero gozoniego.

La sala número 1 del tanatorio era un hervidero de recuerdos de Claudio Fernández. Unos destacaron su pasión por el parapente y también que le gustaba volar en el entorno de la parroquia de El Valle y por las inmediaciones del litoral candasín. "Es más, el otro día ví a uno montando en parapente y pensé: 'mira, el fío de Nicanor'", señala Manuel Muñiz, responsable de Deportes en el Ayuntamiento de Carreño y amigo de la familia.

Otros lamentaron que la pasión del finado por las motos le costara la vida. Y peor aún fue el lugar del siniestro, indicaron, ya que la madre, Rosa Fernández, que ayer estaba "destrozada", es natural de una zona próxima al lugar del accidente, donde los padres tienen una casa. "Iba en dirección a la casa familiar", se oyó comentar entre sollozos en el entorno de la sala 1 del tanatorio gozoniego. Otra de las aficiones de Claudio Fernández era la informática, comentaron sus allegados.

El accidente mortal se produjo pasadas las 17.30 horas del pasado lunes, tras una salida de vía. Previsiblemente, el motorista candasín de 44 años salió despedido de la moto después de haberse golpeado, previsiblemente, con un bordillo por causas desconocidas. Al final, la moto, una BMW de gran cilindrada y con placa de matrícula 6742-JSJ, sufrió algún que otro rasguño en su costado derecho.

El funeral se celebrará hoy al mediodía en la iglesia de San Félix de Candás.