Rosa María Capel nació en 1950 en Granada, es catedrática en Historia Moderna por la Universidad Complutense de Madrid y experta en el movimiento feminista. Fue una de las protagonistas del encuentro "Feminismo, todas las miradas", celebrado entre el viernes y la jornada de ayer en Torazo (Cabranes).
- ¿Qué es el feminismo?
-Cuando pronuncio esta palabra ante un auditorio pueden esperar que lo entiendan como un movimiento social que defienden la igualdad entre hombres y mujeres y propone una alternativa social, o que lo entiendan como un grupo de mujeres que luchan por arrebatar al hombre su poder para subyugarle.
- ¿Con cuál se queda?
-Según la RAE y a mi entender la primera. No obstante en el siglo XVIII hubo un monje, fray Benito Feijoo, que cuando escribió en defensa de las mujeres decía que era una tarea comprometida porque acarreaba atacar a todos los hombres. Eso no es verdad en cierto sentido, pero sigue vigente.
- ¿Para qué sirve el movimiento?
-Ha servido y sirve para concienciar a la sociedad para que no olvide la igualdad como principio fundamental de las relaciones humanas.
- ¿A qué aspira e feminismo?
-A que la sociedad reconozca a la mujer el derecho de igualdad inherente a todo ser humano. Las primeras feministas decían que no luchaban por ser iguales, sino porque la sociedad reconociera que lo son. La mujer es igual al hombre, pero la estructura social lo niega.
- Pero la ley ya reconoce la igualdad.
-El reto fundamental es llevar a la práctica la igualdad conseguida en la ley. Gracias al primer feminismo no hay leyes que prohiban explícitamente algo a la mujer por el hecho de serlo, pero en la práctica las discriminaciones siguen en varios ámbitos.
- ¿Está probada la desigualdad salarial?
-Está demostrado. A comienzos del siglo XX el lema para combatirla era "salario igual a puesto de trabajo". Como respuesta se crearon puestos diferentes para las mismas funciones de manera que se ocultó la discriminación. Desde los 80 el lema cambió por "igual salario a funciones similares", pero la igualdad sigue sin existir.
- Lograda la igualdad legislativa, ¿qué hay que hacer?
-Seguir denunciando la discriminación para concienciar a la sociedad.
- ¿Cuál es el papel del feminismo en la violencia machista?
-El movimiento fue el que concienció de la existencia de esta violencia. Hasta hace poco nadie hablaba de este tipo de violencia. Es más se entendía como algo privado, se encubría y hasta se trataba de justificar. Se logró que fuera cambiando.
- ¿Son buenas las cuotas de poder femenino?
-Es complejo decir cuál es la necesidad. Cuando creas una institución ligada a la igualdad parece que la limitas sólo a esta área cuando es algo transversal. Las leyes de paridad política establecieron un 60 a 40 que curiosamente se traduce casi siempre en un 60% de presencia masculina. A veces esto puede ser un freno a más avances. Las listas cremallera previas de los ayuntamientos iban más allá que la propia ley.
- ¿Entienden las feministas la elección de Donald Trump?
-Muestra que hay mucho por andar hacia la igualdad. El pensamiento tradicional tiene mucho peso y hay mujeres que se identifican con ideas tan impresentables como las de este señor. No obstante, hay que recordar que la mayoría de americanos votó a Hillary Clinton y fue el sistema el que benefició a Trump.
