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El roble resiste en La Fresneda

Los vecinos de la urbanización sierense logran mantener un árbol que estaba amenazado por la construcción del IES

El roble de la parcela en la que se ubicará el futuro instituto. L. BLANCO

Un progreso doblemente positivo. Así ven los vecinos de La Fresneda (Siero) la construcción del instituto de la urbanización que, además de favorecer que los jóvenes locales puedan desarrollar todos sus estudios primarios y secundarios sin desplazarse, respeta totalmente a un árbol al que los lugareños tienen un cariño especial.

Desde que en la etapa de Juan José Corrales al frente del Ayuntamiento de Siero se conociera los terrenos en los que se planearía el futuro centro educativo de secundaria, una parte de la población mostró su preocupación de que el proyecto afectase al hermoso roble que a diario hace las delicias de paseantes y visitantes.

Una preocupación que se acrecentó durante los últimos tiempos cuando comenzó a redactarse el proyecto presentado por la consejería de Educación en Oviedo el 21 de marzo. "Nos llegaron comentarios de que sería una pena enorme que las obras se llevasen por delante el árbol", explica el presidente de la asociación de vecinos de La Fresneda, Óscar Llamas, que no obstante entiende que había que atender prioridades. "Teníamos claro que lo que no podía ser es que el árbol pusiese en peligro algo tan importante", apunta.

De todos modos, el temor de una parte del vecindario era fundamentado, pues según comentan los propios vecinos, hubo proyectos anteriores que se llevaron por delante otros ejemplares apreciados por la ciudadanía. "El desarrollo de la zona en la que están el centro de estudios y el centro de salud obligó a quitar otro árbol similar", explican.

Es por ello que los planos del proyecto, en los que incluso el árbol viene reflejado como parte del mismo, han supuesto una doble alegría para una población local que se muestra partidaria del progreso, pero manteniendo la esencia verde asociada a la zona residencial desde sus inicios hace ahora 30 años. "Me parece perfecto, porque la Educación es importante, pero conservar el entorno también", apuntó ayer una María Jesús Pérez que paseaba en torno al árbol con su perro.

Noticia positiva que supone un plus de implicación vecinal con un proyecto que la propia comunidad educativa y la asociación de padres y madres de alumnos del colegio valora como "un salto en la calidad de vida de La Fresneda", después de muchos años reivindicando la necesidad de un espacio que permitiese dar continuidad a la oferta educativa de un colegio que cuenta con cerca de 400 niños matriculados.

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